La tarde del 8 de mayo, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda mantuvo una reunión con la subsecretaria de Prevención del Delito, Esthela Damián Peralta, que fue compartida en sus redes sociales. En la imagen también aparece su esposo Carlos Torres, así como el secretario Adrián Medina Amarillas, el alcalde de Tijuana, Ismael Burgueño Ruiz, entre otros importantes funcionarios políticos.
Dicha reunión fue antes de una Mesa para la Construcción de la Paz, la cual contó con la participación de autoridades tanto militares como civiles, además de representantes del Poder Judicial y funcionarios civiles federales, donde se exhibieron resultados en materia de seguridad. Sin embargo, no se anunció la captura de ningún objetivo prioritario, solo decomisos de drogas.
Estas fueron las últimas reuniones públicas y privadas antes del encuentro con el cónsul Christopher Teal, quien, según fuentes, fue el representante diplomático enviado por el gobierno de los Estados Unidos para informarle oficialmente sobre la revocación de su visa para ingresar al país vecino.
Ese encuentro también fue la última vez que Carlos Torres se vio en una reunión gubernamental con la mandataria estatal, antes de que publicara en sus redes sociales sobre la revocación de su visa B1/B2 para acceder a Estados Unidos.
Los anuncios, primero de Torres y luego de la gobernadora, se realizaron el sábado 10 de mayo de 2025. Una semana después, más de ocho mil personas se congregaron en el Centro Cívico de Mexicali en una manifestación pacífica que surgió a partir de una carne asada, exigiendo su renuncia, la revocación de su mandato, claridad sobre los motivos de la revocación de su visa, y mayor seguridad como temas centrales.
A lo largo de esa semana, se difundieron versiones tanto reales como falsas en redes sociales sobre el estado de la gobernadora. La falta de datos concretos y el silencio oficial dieron lugar a rumores que iban desde su reciente parto en un hospital de California hasta acusaciones de ser una “narco-gobernadora”; todas las opiniones surgieron ante la incertidumbre oficial.
La protesta efectuada el sábado 17 de mayo, con la participación de ciudadanos, fue utilizada para recordar las deudas pendientes de los cinco años de gobiernos “vinotinto” en Baja California. La presión fue tal que la mandataria, conocida por su activa presencia mediática en redes sociales, optó por resguardarse en la vida privada, limitando su presencia pública durante algunos días.
