Un mamífero marino y su cría fueron hallados sin vida en Playas de Tijuana. El ejemplar de mayor tamaño fue enterrado conforme al protocolo, pero debido a la poca profundidad de la excavación, la marea lo desenterró. Una semana después, el cuerpo sigue expuesto a la intemperie.
Según Luis Fernando Acosta, residente de los condominios Costa en Playas de Tijuana, el mamífero y su cría aparecieron en la arena el pasado domingo 3 de mayo. Tras ser enterrado, para el miércoles 7 ya estaba nuevamente visible.
“Amanecimos con un león marino grande y su cría, ambos muertos, como si el mar los hubiera arrastrado y dejado aquí. Se informó al Ayuntamiento para su remoción, y enviaron un vehículo con dos personas. Hicieron un hoyo poco profundo y enterraron al más grande”, relató Acosta.
Señaló que nunca vio que el bebé fuera enterrado, ya que estaba a pocos metros del adulto, por lo que cree que también fue arrastrado por el mar. “Pasan unos días, sube la marea, y así, se lleva la arena y desentierra a la mamá. Ya lleva varios días expuesta, y con el sol está hinchada; no tardará en explotar. Hemos contactado a todos y nadie responde,” expresó.
Por su tamaño, estimó que el mamífero mide más de dos metros. Debido a su exposición, él y sus vecinos temen que se convierta en un foco de problemas de salubridad y toxicidad.
“Que cumplan con su deber. No pedimos nada extraordinario, solo que traigan maquinaria o más personal para hacer un hoyo más profundo que evite que el mar lo desentierre nuevamente”, solicitó a las autoridades.
La oficina de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) en Baja California informó que inspectores ya atenderían el caso. Desde febrero hasta mayo, PROFEPA ha registrado alrededor de 40 varamientos de mamíferos marinos sin vida, atribuidos a intoxicaciones por ácido domoico, según indicó su titular, Alfonso Blancafort Camarena. El doctor Ernesto García Mendoza, director del Laboratorio Ficotox, explicó que esta biotoxina afecta gravemente al sistema nervioso de los mamíferos. Blancafort Camarena recomendó no tocarlos, ya que requieren atención veterinaria especializada, ni devolverlos al mar.