El cardenal Robert Francis Prevost fue nombrado nuevo líder de la Iglesia católica el 8 de mayo, adoptando el nombre de León XIV. Su elección es histórica, ya que se convierte en el primer papa estadounidense y miembro de la Orden de San Agustín en ocupar este cargo. Nacido en Chicago en 1955, también posee la nacionalidad peruana, tras haber vivido y trabajado pastoralmente en Perú durante casi veinte años.
Antes de ser el pontífice, Prevost desempeñó roles significativos en la Curia romana, como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Su enfoque pastoral y su conocimiento acerca de América Latina generan expectativas sobre un papado que aborde los retos sociales en la región y el contexto mundial de conflicto.

En 2014, Prevost visitó Morelia como prior general de los agustinos. Durante su estancia, exploró la Pinacoteca del Templo de San Agustín, un sitio que alberga obras artísticas y religiosas en la histórica capilla de Cristo Rey. Esta pinacoteca guarda frescos del siglo XVII atribuidos al fraile Diego Becerra; algunos de estos frescos, que presentan representaciones zodiacales, estuvieron ocultos por años debido a su percepción negativa en relación a la doctrina católica.
Una fotografía de su visita, donde aparece junto a miembros de la comunidad agustina local, tomó relevancia tras su nombramiento como pontífice. La imagen fue compartida en redes sociales, interpretándose como un símbolo del lazo que Prevost tiene con México.

El arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, celebró el nombramiento de Prevost, resaltando la relevancia de su experiencia en América Latina. En declaraciones a medios, enfatizó su cercanía con comunidades vulnerables, indicando que “es una bendición que haya conocido de cerca la realidad del continente”.
Igualmente, el cardenal emérito de Morelia, Alberto Suárez Inda, mostró su entusiasmo. En una entrevista con el portal de noticias Latinus, recordó que Prevost estuvo en Morelia hace unos 15 a 18 años cuando era responsable de los agustinos, subrayando: “Es un hombre universal nacido en Norteamérica, trabajó en Sudamérica y Roma; hijo de madre española y padre estadounidense. Conozco a Robert Prevost Martínez, León XIV; ahorré en su casa en Roma”. Además, lo describió como “amable, sencillo y providencial”, destacando su fluidez en español y su apertura al diálogo.
Después de su elección, León XIV dirigió un mensaje desde el balcón de la Basílica de San Pedro, expresando su deseo de “una iglesia unida, solidaria con los pobres y comprometida con la paz”. En sus primeras palabras, subrayó la necesidad de proseguir las reformas de su predecesor, Francisco, particularmente en áreas de transparencia y prevención de abusos sexuales dentro de la Iglesia.
La elección de un papa que ha desarrollado una parte significativa de su labor en América Latina refuerza las expectativas de un liderazgo que priorice la justicia social, la inclusión y el diálogo con las comunidades de la región.