La discriminación hacia la presidenta Claudia Sheinbaum es evidente, así como la regulación que controla la difusión de propaganda política. Las cartas están sobre la mesa.
Esta situación afecta no solo a la política interna, sino también a la vida de muchas personas que enfrentan la discriminación.
En una reciente conferencia, la presidenta abordó la millonaria campaña de Washington que criminaliza a los migrantes indocumentados. Explicó que su iniciativa busca reinstaurar la concesión que permite la difusión de propaganda de otros países, la cual fue eliminada en 2014 durante la administración de Enrique Peña Nieto.
Señaló que esta laguna fue aprovechada por la Casa Blanca para ejercer campañas directas de propaganda, así como con la colaboración de la empresa Televisa.
Determinado a impedir que gobiernos extranjeros financien esta propaganda, anunciarán hoy o mañana una serie de prohibiciones. “Ninguna entidad extranjera podrá pagar por la difusión de estos mensajes”, remarcó.
El anuncio, que se transmite en México desde el 3 de abril, incluye advertencias de la secretaría de seguridad de la Casa Blanca. Esta señala: “Si eres un criminal extranjero que piensa en ingresar a Estados Unidos, ni lo consideres”. Este mensaje se alinea con la política antimigratoria de Trump, que amenaza con perseguir y deportar a quienes infrinjan las leyes.
Finalmente, la Federación de Concesionarios de Radio y Televisión ha desestimado la idea de sancionar a los medios, a pesar de las implicaciones de la propaganda. La discusión sobre la eliminación de las concesiones para la difusión de propaganda política, que protege los derechos humanos, sigue siendo un tema candente en el país.
