En la Iglesia de Tijuana se respira tranquilidad y confianza entre los católicos tras el fallecimiento del Papa Francisco, ocurrido en la madrugada del 21 de abril de 2025. El obispo Barrón, participando en el ritual de despedida, programó una misa en memoria del Santo Padre tres horas después de recibir la noticia.
La capilla de la Catedral de Tijuana estaba repleta de fieles. Los asistentes caminaron entre la obra negra del proyecto de construcción del templo, rodeado de nichos, mientras empezaba la misa a las seis de la tarde, marcada por 88 campanadas, en honor a Jorge Mario Bergoglio, quien siempre celebró la vida.
“Me fui a dormir temprano, alrededor de las 10, porque tenía que levantarme muy de madrugada, pero no podía conciliar el sueño. Al final, me desperté un poco más tarde y recibí la noticia sobre el Papa… Me preparé y sentí que estaba probablemente en agonía”, reflexionó el obispo Barrón.
“Hoy recibí mi quimioterapia y, aunque fue temprano en la mañana, estoy muy dispuesto a estar con ustedes para vivir este acontecimiento y acompañar a la diócesis con su obispo al frente durante la misa”, mencionó Barrón con entusiasmo.
Los feligreses fueron en gran número a rendir homenaje, mostrando su compromiso y respeto, reflejando la devoción hacia su líder espiritual. La comunidad se unió en oración, unida por el dolor, pero también por la esperanza que propaga la fe cristiana.
El arzobispo Moreno Barrón destacó que la figura del Papa es una fuente de unidad, enfatizando que su legado perdura en el corazón de cada uno de los católicos. La misa fue un momento de recogimiento y reflexión, donde todos los presentes compartieron sus vivencias y sentimientos en esta dolorosa ocasión.
“El sacrificado sacerdote es un símbolo de nuestra resistencia,” afirmó el arzobispo Moreno Barrón, quien continuó enfatizando la importancia de seguir el camino de amor y servicio que el Papa dejó como legado a toda la comunidad catholica.