El Fondo Monetario Internacional advierte que la economía global enfrentará una desaceleración significativa en 2025. De acuerdo con el Informe de Perspectivas Económicas Globales, las nuevas tarifas impuestas por Estados Unidos y las respuestas de sus socios constituyen un impacto negativo que afectará el crecimiento económico mundial y en particular a América Latina.
En este contexto, el último informe técnico publicado por el personal del FMI resalta que el crecimiento global se proyecta entre el 5.5% y el 6.2% anual.
Estados Unidos aplicó una serie de aranceles que culminaron en un conjunto de medidas el 2 de abril, elevando los niveles efectivos de tarifas. Según el análisis del FMI, esta tendencia proteccionista incrementará los costos comerciales y generará una marcada incertidumbre, lo que a su vez desalentará la inversión y el dinamismo del comercio internacional. El FMI señala que la rapidez con la que se implementaron estas políticas y su imprevisibilidad complican la formulación de proyecciones económicas.
Como resultado, el FMI ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento global para 2025 y 2026. La economía mundial crecería un 2.8% en 2025 y un 3% en 2026, en comparación con el 3.3% estimado para ambos años a principios de enero. Estas cifras están considerablemente por debajo del promedio histórico de 3.7% registrado entre 2000 y 2019.
En los países desarrollados, el crecimiento proyectado para 2025 se reduce a un 1.4%. En particular, Estados Unidos experimentaría una desaceleración del 1.8%, lo que representa una disminución de 0.9 puntos porcentuales respecto a lo previsto anteriormente. La incertidumbre afecta negativamente la demanda. En la Eurozona, se espera un crecimiento del 0.8%, con una ligera baja de 0.2 puntos.

El panorama para los mercados emergentes también es preocupante. Se espera que el crecimiento en estas economías caiga del 3.7% proyectado anteriormente. Países como China son particularmente vulnerables en este contexto. Latinoamérica, que depende en gran medida de los flujos comerciales y financieros internacionales, se sitúa entre las regiones más afectadas.
El informe del FMI indica que el efecto de las tensiones comerciales sobre los mercados emergentes -como es el caso de Argentina- es considerable. La falta de confianza del capital puede resultar desestabilizadora. Se destaca que las presiones sobre las monedas y los mercados financieros podrían intensificarse si no se logra moderar la situación actual.
En este contexto, el FMI insta a los países a implementar políticas adecuadas y a reducir las tensiones comerciales. “Los países deben trabajar de manera constructiva para fomentar un entorno comercial estable,” sostiene el organismo. También se sugieren medidas internas como restaurar el espacio fiscal, avanzar con reformas estructurales y mantener políticas monetarias ajustadas para preservar la estabilidad de precios y financiera. Para los mercados emergentes, el FMI plantea que se debe considerar “la opción de intervención en los mercados cambiarios” y activar herramientas macroprudenciales en caso de señales de estrés.
El FMI concluye que una reversión de los aranceles y la firma de nuevos acuerdos podrían ofrecer alivio a la situación actual. “El mundo siempre tiene la oportunidad de encontrar soluciones.”