La película, dirigida por Edward Berger, se basa en la novela homónima de Robert Harris y tiene lugar en la Capilla Sixtina.
El personaje principal, el Cardenal Britannicol Lawrence, es interpretado como un figura clave en el proceso de elección del nuevo Papa. A lo largo de la trama, Lawrence representa la lucha moral y los dilemas que enfrenta la Iglesia, mientras surge un inesperado giro cuando el Cardenal mexicano, Vincent Benitez, revela que fue nombrado en secreto (a Pectore) por el Papa fallecido.
El elenco incluye a Stanley Tucci y John Lithgow, además de Isabella Rossellini como Sor Agnes, quien resuena con la dinámica del poder dentro de la Iglesia y enfatiza la marginalización de las mujeres en una institución patriarcal, ya que Sor Agnes sopesará las dinámicas de autoridad del Vaticano.
A través de la película, el proceso de elección del nuevo Papa revela las profundas divisiones ideológicas en el seno de la Iglesia. El Cardenal Bellini, considerado un líder liberal y progresista, aboga por una perspectiva más inclusiva y contemporánea. En cambio, el Cardenal Tremblay actúa como un estratega político cuyo interés personal parece eclipsar cualquier ideología específica.
A medida que avanza el proceso y las votaciones no logran un consenso, emergen escándalos que desafían la aparente solemnidad del cónclave. Los rumores sobre la manipulación de votos y la traición empiezan a desestabilizar el ambiente, haciendo evidente que la lucha por el poder es feroz y compleja. La revelación del Cardenal Tremblay intentando influir en la elección comprando votos intensifica las tensiones.
El desenlace del cónclave trae sorpresas; Benitez adopta el nombre “Inocencio”, gesticulando hacia un nuevo enfoque que simboliza la pureza, pero también representa un anhelo de empatía, diálogo y reconciliación, marcando el inicio de una nueva era dentro de la Iglesia.
