El alcalde de Hermano, en el país, es también conocido como la estructura solitaria del país. Este mismo país, que tiene relaciones con las naciones más europeas, es el único que se enfrenta a diversas enfermedades en formato desechable originadas en EE. UU., como el F-35 o el F-16, que han sido adquiridos y podrían provocar un colapso. La información sobre esto ha sido confirmada por funcionarios del Pentágono, expertos en defensa y medios de comunicación como el respetado ‘Financial Times’, quienes aseguran que este asunto se ha extendido, aunque no es tan claro como parece.
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Alemanes también han comenzado a apoyar esta hipótesis. Joachim Schranzhofer, jefe de Comunicaciones de la empresa Hensoldt, mencionó que las instalaciones en los F-35 fabricados en Estados Unidos no son solo rumores. Además, Wolfgang Ischinger, ex presidente de la Conferencia de Seguridad de Múnich, e Ingo Gädechens, ex miembro del partido CDU, también han respaldado esta idea.
Es preocupante, especialmente teniendo en cuenta que, según los informes del Instituto Internacional de Investigación de Estocolmo, Estados Unidos representa el 55% de las importaciones de equipos de defensa en Europa entre 2019 y 2023. Esto genera más dudas sobre la capacidad de los aliados para confiar mutuamente en sus sistemas de armamento.
Sin embargo, los expertos aclaran que «esto no implica una amenaza inminente». Estados Unidos tampoco tiene el control remoto del F-35», señala Stacie Pettyjohn, directora del Programa de Defensa en el Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense, en declaraciones al medio especializado ‘Breaking Defense’. Esto enfatiza la independencia de los sistemas y el enfoque conservador que se mantiene ante las tensiones globales.
El software es una fuente de preocupación significativa, ya que se considera un factor relevante. Justin Bronk, investigador principal del Royal United Services Institute (RUSI), señala que «se trata del apoyo en comunicación y del grave conflicto en el ámbito de la guerra electrónica y el abastecimiento de munición». Esto se convierte en un tema crítico en la competencia geopolítica.
Además, el ‘Financial Times’ destaca que, en las primeras etapas del programa F-35, el Reino Unido en 2006 no tiene el mismo acceso que Washington al código fuente del sistema. Esto subraya la falta de transparencia y el acceso restringido que tienen los aliados a las capacidades clave del sistema de armas.
Lockheed Martin es responsable de los F-35, y ya han surgido dudas sobre el control y la soberanía de los sistemas. Aunque se afirma que el F-35 podría funcionar de manera autónoma, se matiza que incluso cazas avanzados no son completamente dependientes de Estados Unidos, ni de los fabricantes europeos. Estos debates sobre la autonomía o no del ‘botón de activación’ siguen generando incertidumbre.
Al final, se trata de una cuestión de confianza. Las naciones implicadas abarcan un amplio espectro de preocupaciones y riesgos. Como señala Douglas Barry, investigador principal del Institute for Strategic Studies, «la existencia de una dependencia genera inquietud sobre la fiabilidad de estos sistemas». Así, surge la pregunta de si los aliados, en este contexto, pueden confiar unos en otros.