La Segunda Guerra Mundial concluyó en 1945, marcando el fin de un conflicto devastador que llevó a la comunidad internacional a una nueva era. A partir de este momento, la tecnología, especialmente en el ámbito espacial y militar, comenzó a evolucionar rápidamente. Durante la guerra fría, las potencias del momento se enfocaron en el desarrollo de armas nucleares, lo que llevó a la creación de un variado arsenal.
Uno de los desarrollos más llamativos de esta época fue el misil Diamondback de Estados Unidos.
Las armas nucleares, aunque inicialmente comenzaron con aproximadamente 3,000 cabezas en el mundo solo diez años después de la guerra, vieron un aumento significativo. En 1965, el arsenal se incrementó a 37,000 armas, y la escalada culminó en 1986 con un pico de 70,000, distribuidas entre 40,159 para la Unión Soviética y 23,317 para Estados Unidos.
No solo eran muchas armas, sino que también eran devastadoras, como la famosa “bomba del zar”, pesada y capaz de causar destrucción masiva. Estados Unidos planteó una idea innovadora al desarrollar misiles balísticos inmensos, que llevaban cargas nucleares de gran potencia.
En medio del siglo XX, Estados Unidos inició el desarrollo de un misil aire-aire que pudiera seguir objetivos en vuelo. Aunque los esfuerzos iniciales no tuvieron éxito en su implementación, se diseñó un prototipo conocido como el Blohm & Voss BV143. Aunque desafiante, este trabajo sentó las bases para futuros desarrollos.
Los Aliados comenzaron a recoger los frutos de estos desarrollos después de la guerra, y en 1946, en la Naval Ordnance Test Station de California, se inició un proyecto que, tras varios años y pruebas, culminó con la entrada en servicio de los misiles Sidewinder en 1956.

Con el éxito del programa Sidewinder, la Marina de Estados Unidos comenzó a trabajar en un misil mejorado, más capaz y con posibilidad de llevar una carga nuclear. Así nació el Diamondback.

Bocetos del misil Diamondback
Las armas nucleares del Diamondback estaban diseñadas con una potencia de 0.75 kilotones, con capacidades de alcance y velocidad que sorprendían por su impacto, alcanzando Mach 3 y altitudes de 24,000 pies.
En este video, podemos observar algunos de los desarrollos y prototipos creados por la base estadounidense:
El diseño del misil ofrecía una capacidad destructiva considerable, comportándose de manera efectiva en el campo de batalla. Además, su sistema de guiado incorporaba tecnología infrarroja y un radar pasivo que mejoraba la precisión durante los ataques, permitiendo que se dirigiera a objetivos desde distintos ángulos.

Avanzado sistema de seguimiento de lanzador | Imagen del video de China Lake Alumni
Aunque el proyecto del Diamondback no duró mucho tiempo, dejó una marca importante. Pese a sus innovaciones, el Sidewinder alcanzó mayor relevancia en el arsenal militar. Con capacidades destructivas comparables y un enfoque más práctico, el Sidewinder se adueñó del espacio bélico.
El Diamondback, aunque considerado un avance tecnológico, no logró su propósito y quedó como una curiosidad histórica en el desarrollo de armas. Desde su lanzamiento en la década de 1950, otros países adoptaron ideas similares en sus arsenales, inspirando desarrollos como el K-13 soviético y el PL-2 chino. A pesar de no haber sido exitoso, el Diamondback marcó un importante paso en el camino hacia la innovación militar.