El origen del fenómeno es el “sismo”, que se manifiesta a través de movimientos terrestres. Estos pueden ser leves o bastante intensos. Sin embargo, cuando se menciona un terremoto, se hace referencia a que las ondas sísmicas han sido de tal magnitud que pueden ocasionar daños y víctimas.
Es crucial mantener la calma durante estos eventos y buscar un lugar seguro. Además, es importante señalar que, en caso de un corte de energía, se deben utilizar linternas para iluminar. Usar velas o fósforos encendidos puede provocar explosiones si hay una fuga de gas en el área.
Las características de la superficie terrestre son diferentes en diversas regiones del mundo. Existen zonas donde la actividad tectónica es más pronunciada, lo que aumenta el riesgo de que ocurran sismos. Estas tensiones se trasladan a través de las rocas y pueden generar movimientos sísmicos significativos.
Resulta esencial mantenerse informado y preparado ante la posibilidad de un seísmo. La costa oeste de los Estados Unidos es la más propensa a sufrir estos fenómenos debido a su cercanía al “Cinturón de Fuego” del Pacífico. Sin embargo, algunos estados del centro también pueden experimentar temblores debido a sus áreas montañosas.
Los especialistas coinciden en que alrededor del 75% de las áreas de riesgo sísmico se concentran en ciertos estados. Entre estos, destacan regiones como Filadelfia, Nueva York y Boston; no obstante, California, Alaska y Hawái son los que presentan la mayor vulnerabilidad a estos desastres naturales.
Es importante resaltar que las ciudades con mayor riesgo de sismos en California son San José, Vallejo y San Diego. Estas urbes están ubicadas en zonas donde la actividad sísmica puede ser más notoria, lo que aumenta la probabilidad de sufrir consecuencias severas.
Existen sinónimos que pueden referirse a estos fenómenos, pero “sismo” encapsula el término más general. En este contexto, “temblor” y “terremoto” son términos que se diferencian en función de sus características. Los temblores son eventos sísmicos de menor magnitud, mientras que los terremotos se asocian con movimientos más fuertes y destructivos.
Es también recomendable mantener la distancia de edificios, árboles y postes de luz, dado que estos pueden representar un riesgo durante un evento sísmico. La preparación y el conocimiento son herramientas clave para afrontar este tipo de situaciones.