El gobierno chino ejerce una influencia significativa tanto en Japón como a nivel global. La semana pasada, el Banco Central Argentino aprobó un acuerdo de intercambio con China por 5.000 millones de dólares. Este anuncio se produjo durante la visita a Buenos Aires de Scott Bessent, el Secretario del Tesoro de EE. UU., quien se reunió con el ministro de Economía argentino, Javier Milei. Sus declaraciones estuvieron acompañadas de críticas hacia China, que recibió una respuesta casi inmediata desde Pekín.
Scott Bessent se reunió con miembros de la comunidad Bloomberg en la ciudad, donde también es parte de la Sociedad Latinoamericana, participando en una discusión sobre la situación económica de la región.
Xi Jinping, presidente de China, aseguró que el acompañamiento de su país a Argentina se realizará “sin intentar ningún condicionamiento político”. Esta postura evidencia el carácter hegemónico e intimidatorio que algunas potencias ven en el accionar de China.
Ambas potencias han tenido diferencias en varias ocasiones, especialmente en marzo y de nuevo a principios de abril, cuando Donald Trump y Mauricio Claver-Carone expresaron sus preocupaciones sobre la influencia de China en América Latina. Respondieron resaltando que Pekín no permanecerá en silencio ante las críticas, como había sucedido previamente. “Ellos son quienes están involucrados en el desarrollo de Argentina”, afirmaron.
China ha intensificado su presencia en América Latina, invirtiendo en infraestructura como carreteras y puertos. Su preocupación principal es el control de infraestructuras estratégicas, como el megapuerto de Chancay en Perú, que ve como críticas vinculadas a la influencia china en la región.
La Perspectiva Bajo Trump
La guerra comercial iniciada por Trump ha generado tensiones con socios sudamericanos. Los Estados Unidos han solicitado frenar inversiones chinas que se consideran peligrosas para el desarrollo regional. A su vez, China mantiene su enfoque paciente en la estrategia global.
Según el experto internacional Sergio Sessare, la creciente relación entre Argentina y China recuerda a la situación de Uruguay durante la crisis de 2002, pero el contexto es notablemente diferente. Sin embargo, la presión de Estados Unidos contra el Fondo Monetario Internacional resultó crucial para el rescate argentino la semana pasada en la ONU.
Una Base Naval en la Antártida
La relación con Estados Unidos también es crucial, dado que en 15 meses, el presidente Milei ha viajado nueve veces a EE. UU., aunque sólo se ha reunido con su par estadounidense una vez y ha recibido comunicaciones desde la Casa Blanca.
La reciente cooperación entre Argentina y Estados Unidos, incluyendo la base naval conjunta anunciada en Tierra del Fuego y los acuerdos de defensa, señala un acercamiento al Gobierno argentino, superando el conflicto previo con el kirchnerismo. Por otro lado, la relación con China se desarrolla a un ritmo distinto. Milei anunció un viaje a China el año pasado, mostrando su intención de fortalecer los lazos.