El Gobierno de Estados Unidos ha decidido poner fin al Estatus de Protección Temporal (TPS) para ciertos inmigrantes. Este programa ha brindado permisos de trabajo y protección contra la deportación a extranjeros de países designados. Los miembros del Consejo de Migración Americana explican que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) tiene la autoridad para determinar cuándo un país ya no califica para el TPS.
El TPS puede ser renovado por períodos de 6, 12 o 18 meses, y el DHS debe tomar una decisión sobre su extensión o cancelación al menos 60 días antes de que expire, basándose en las condiciones del país en cuestión.

Según un portavoz del DHS, la decisión afecta a aproximadamente 14,000 afganos y cerca de 8,000 cameruneses. Esta medida se basa en la evaluación de las condiciones en Afganistán y otros países incluidos en el programa. Además, el gobierno ha decidido continuar apoyando a los afganos en su proceso de reubicación en EE.UU.
El TPS se otorga normalmente para responder a condiciones en países en crisis, y puede tener una duración de entre seis y dieciocho meses. Un antiguo miembro del gobierno ha mencionado que los afganos que se asentaron aquí y comenzaron a construir sus vidas se enfrentan ahora a la incertidumbre.

Andrew Sullivan, director ejecutivo de una organización que ayuda a los afganos a establecerse en EE.UU., destacó que muchos se encuentran en una situación precaria debido a la pérdida de documentos y enlaces familiares en medio del caos de la retirada estadounidense. Esta decisión ha generado preocupaciones sobre el futuro de aquellos que ya se encuentran en el país.
Recientemente, el DHS también trató de eliminar el TPS para ciudadanos venezolanos, pero esa medida fue detenida tras la intervención de un juez que suspendió la decisión. La situación sigue evolucionando y está causando una gran preocupación entre las comunidades afectadas que dependen de este estatus de protección temporal.