El ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que a partir del mes pasado dejó de enviar agua a Tijuana, debido a la falta de cumplimiento de México con el tratado de abastecimiento de agua.
La situación afecta también a San Diego, donde miles de estadounidenses trabajan en diversas industrias relacionadas. Esta región es conocida por su conexión con la ciudad mexicana de Tijuana.
El evento se considera un experimento importante en este contexto.
“Comenzamos a comprar desechables para evitar lavar los platos, así que adquirimos garrafones de agua, ya que no se utilizan más,” comentó un residente local.
El 11 de abril, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, abordó este tema junto con otros asuntos relacionados con la gestión del agua en el país.
Por su parte, el Secretario del Agua de Baja California, Víctor Daniel Amador Barragán, descartó que la decisión del gobierno estadounidense de detener el envío de agua afecte a México o a Baja California.
El acuerdo que rige el suministro de agua se firmó el 13 de junio de 1972, y es fundamental para ambos países. Oscar Romo, director de una organización ambientalista, aseguró que México no le debe agua a Estados Unidos.
Romo explicó: “El presidente está equivocado porque México no le debe agua, ya que el suministro debería fluir según lo estipulado por el tratado.” Este acuerdo establece que el agua se transporta a través de 200 kilómetros de tuberías desde el río Colorado, y es esencial durante los períodos de sequía para ambos países involucrados.
Previo a este desacuerdo, el suministro de agua en la región era más seguro, ya que había una serie de pozos a lo largo del río Tijuana que garantizaban el acceso a agua de buena calidad. Sin embargo, la comunidad que depende de este recurso se siente amenazada por la situación actual.
Claudia Sheinbaum enfatizó que las comunidades agrícolas son las que más sufrirán por las restricciones en el uso del agua. “Son las más afectadas en esta situación,” afirmó la presidenta de México.
