La empresa forma parte de la ciudad de Petrova, cuyos padres residen en dicha localidad.
La ciudadana lusa, que ha estado trabajando como residente, es egresada de Harvard y no es culpable de haber propagado ranas “no peligrosas” ni de participar en el intercambio de Petrova.
La revocación de la visa de Petrova fue considerada por su abogado, Greg Romanovsky, como “un castigo desproporcionado a la situación”, quien declaró que se describió en el formulario de aduanas como “involuntario”.
Noticias recientes indican que los mensajes de Petrova revelaron que tenía planes de contrabando.
Petrova ahora se enfrenta a serios desafíos en un ambiente inestable, poniendo en riesgo su vida y su carrera artística.
El Secretario de Estado, Marco Rubio, mencionó el pasado mes que el Departamento de Estado contabiliza cerca de 300 visas revocadas, siendo la mayoría de ellas del estado.
La situación se complica al tratarse de individuos que residen temporalmente en Estados Unidos, y quienes enfrentan riesgos por la revocación de sus visas por diversas razones, lo que ha generado preocupación entre los estudiantes afectados.