El gobierno ha determinado que su presencia es necesaria.
Luego de la aprobación el viernes de un decreto-ley en el consejo de ministros, solo podrán obtener la nacionalidad italiana las personas que tengan al menos un padre, madre, abuelo o abuela nacido en Italia, y que hayan nacido y residan en el extranjero.
Esta medida afecta principalmente a argentinos, uruguayos, brasileños y venezolanos, cuyos países recibieron a miles de inmigrantes italianos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Solo el año pasado, 30,000 argentinos lograron obtener la ciudadanía italiana, según datos oficiales.
El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Antonio Tajani, afirmó que “la ciudadanía debe ser algo serio”, justificando así los cambios implementados.
Las nuevas normas, propuestas por el ministerio a su cargo, afectarán a quienes ya poseen la ciudadanía italiana, y se prevé que más de 60,000 solicitudes estén pendientes de reconocimiento.
Tajani también aclaró que el principio de ius sanguinis, conocido como “derecho de sangre”, dejará de aplicarse de manera estricta y se establecen nuevos requisitos para adquirir la nacionalidad.