Durante la campaña electoral, Donald Trump hizo varias promesas, incluyendo la reducción de regulaciones y la eliminación de restricciones relacionadas con el uso del agua. Sin embargo, una de las promesas que ha recibido menos atención es su compromiso de evitar el desperdicio de agua. Un candidato republicano criticó que, debido a la baja presión de agua, no podía disfrutar de una ducha, y que, si llegaba a ser elegido presidente, esta situación cambiaría. Este comentario, que suena casi cómico, se ha convertido en una fuente de controversia, dando lugar a lo que algunos llaman “la guerra de las duchas”, un tema que Trump ha abordado con obsesión.
El decreto en cuestión se titula “Mantener una presión de agua aceptable en las duchas”. La Casa Blanca ha promovido el mensaje en línea con el lema de Trump: “Trump vuelve a hacer que las duchas de Estados Unidos sean grandes otra vez”. Este decreto se ha difundido, coincidiendo con el Día de los Inocentes en abril. La presión del agua ha sido un tema recurrente, y Trump ha expresado lo frustrante que le resulta estar en la ducha durante 15 minutos para obtener un buen chorro de agua.
La normativa ordena a la Secretaría de Energía que revise una norma complicada que definía los “cabezares de ducha” durante las administraciones de Obama y Biden. El decreto menciona que se busca cambiar las limitaciones impuestas, argumentando que la regulación anterior estaba diseñada para afectar el consumo de agua de manera drástica.
La polémica sobre las duchas
Durante más de dos décadas, la normativa federal de energía ha establecido que los nuevos cabezales de ducha no deben superar un consumo de 9.5 litros por minuto (2.5 galones). Esta regulación fue adoptada durante la administración anterior de Trump, aunque la administración de Biden revocó esta medida en 2021, reavivando el debate sobre “la guerra de las duchas”.
El gobierno de Trump ha argumentado que las administraciones demócratas publicaron extensos documentos para justificar las definiciones de cabezales de ducha. “La definición de Biden contenía más de 13,000 palabras”, señalaron los funcionarios de la administración Trump.
“Vamos a deshacernos de esas restricciones”, insistió Trump. “Hay muchas áreas donde el agua no es un problema, hay tanto recurso que no saben qué hacer con él. La gente compra casas, abren el grifo y se encuentran con agua abundante”. Durante su primer mandato, Trump ordenó una revisión de las normas sobre eficiencia hidráulica en los accesorios de baño, lo que generó críticas en redes sociales bajo el hashtag #toilettrump.
Trump se ha aliado con conservadores que desde hace tiempo se oponen a las regulaciones ecológicas que buscan controlar el consumo de agua. Sin embargo, a pesar de su oposición, el presidente también ha implementado medidas para suavizar las restricciones que afectan las facturas de agua y electricidad de los consumidores. En febrero, Trump eliminó varias normas de eficiencia energética para varios electrodomésticos, lo que refleja su enfoque en la reducción de regulaciones en beneficio de los usuarios.