El miércoles 9 de abril, las tarifas arancelarias impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, provocaron un impacto en los mercados bursátiles globales. Al final de la jornada, el dólar estadounidense se cotizó a 20.28 pesos, mostrando una apreciación durante el día después de haber alcanzado un valor máximo de 21.07 pesos.
El anuncio del mandatario estadounidense afectó los mercados internacionales, generando primero una depreciación seguida de una recuperación del peso, lo que resultó en una ganancia al cierre. Este “rebote” fue de carácter generalizado en diversas divisas.
Sin embargo, Trump comunicó la imposición de aranceles del 125%, similar a otros en el mundo, lo que impactó negativamente a economías como la de México, que enfrenta una presión adicional debido a los aranceles aplicados, especialmente a un 10% en productos determinados.
La relación peso-dólar en 2024 se caracterizó por contrastes. El año comenzó con el peso mexicano fortaleciéndose frente al dólar estadounidense, llegando a venderse en 16 pesos, algo que no ocurría en casi una década, manteniendo al “super peso” más fuerte que nunca.
No obstante, a medida que transcurrió el año, el peso empezó a depreciarse debido a factores políticos como las reformas polémicas en el poder judicial y la eliminación de ciertos órganos.
La caída de la moneda mexicana se intensificó con la campaña de Donald Trump, su eventual victoria en las elecciones de Estados Unidos, y sus amenazas de imponer aranceles.
Según el Banco de México (Banxico), se estima que el dólar fluctúe entre 20.24 y 20.69 pesos para 2025, con pronósticos que indican un crecimiento moderado.
En términos de inflación, se mantuvo relativamente estable en 2024 rondando entre el 4%, salvo en junio cuando casi alcanzó el 6%, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este año, se prevé que la inflación se mantenga por debajo del 3.8%.