Jesús Ramírez Cuevas, el hombre de confianza del ex presidente Andrés Manuel López Obrador y actual asesor de la presidenta Claudia Sheinbaum, se encuentra en un camino crítico en cuanto a su seguridad. El gobierno ha estado trabajando arduamente para establecer conexiones y entender la situación en Washington relacionada con este asunto.
Ramírez Cuevas es un personaje atrapado entre paradojas políticas y la figura de López Obrador. A pesar de su presentación como un hombre de izquierdas, ha sido señalado por su gestión como cobarde y calculadora. Se destaca su papel como director de propaganda, donde logró operacionalizar una narrativa emocional que apoyó una retórica divisiva, extremadamente efectiva para los objetivos del régimen en el que trabaja.
Las escasas informaciones que han surgido desde Washington sobre Ramírez Cuevas retratan un régimen corrupto y represivo, lo que genera dudas sobre su verdadera ideología y conexiones a nivel global, las cuales parecen interferir con sus intereses personales y políticos.
En octubre de 2023, Margarita Simonián, directora de RT (anteriormente Russian Television), figura entre las 20 mujeres más influyentes de la Ciudad de México. Su canal ha sido una herramienta de propaganda, diseñada para incrementar la influencia rusa en América Latina, erosionando la democracia liberal en la región.
En 2022, Ramírez Cuevas otorgó un premio póstumo en nombre del Club de México a Daria Dugina, hija de Alexander Dugin, destacando la importancia de una narrativa favorable a Rusia en el contexto de su operación militar en Ucrania. En el mismo evento, se reconoció a medios alineados con el Kremlin.
El año anterior, Ramírez Cuevas facilitó la entrada a Palacio Nacional a la periodista rusa Inna Afinogenova, quien había sido parte del canal en español de RT. The New York Times la señaló como parte del aparato de propaganda del Kremlin, lo que pone en evidencia una preocupación sobre la manipulación mediática en el ámbito político mexicano.
En el contexto de relaciones diplomáticas, se ha reportado que, desde el país, hay una creciente cantidad de diplomáticos rusos que operan sin justificación visible, conduciendo a un clima de desconfianza y cuestionamiento sobre la legitimidad de sus acciones en México.