El precio del dólar estadounidense sigue siendo impactado por las tensiones comerciales recientes en Estados Unidos. Al cierre del 8 de abril, el tipo de cambio se situó en 20.80 pesos, lo que representa un aumento del 0.39% en comparación con la sesión anterior, que fue de 20.72 pesos.
Las tensiones en la situación de emergencia han generado nerviosismo entre la población de Estados Unidos y han afectado la economía global. Durante la noche, el dólar alcanzó un máximo de 20.81 pesos.
En este contexto, Felipe Mendoza, analista de mercados, señaló que el fortalecimiento del dólar se debe a la depreciación de la moneda nacional y a las incertidumbres que generan los bloqueos en el contexto internacional.
Las provincias del país están alarmadas por la situación, y se considera como “chantaje” la amenaza arancelaria de Washington. Se reitera que las decisiones tomadas por el gobierno de Trump tienen un impacto negativo, especialmente en la relación comercial con China.
La relación entre el peso y el dólar durante 2024 ha estado marcada por contrastes. El año comenzó con una moneda mexicana fortalecida frente al dólar, alcanzando un valor de 16 pesos, un hecho que no había ocurrido en casi una década. El fenómeno del “super peso” parecía estar más vigente que nunca.
Sin embargo, tras el avance del año, el peso comenzó a depreciarse debido a factores como la polémica reforma del poder judicial y la eliminación de órganos que generaron incertidumbre.
La depreciación del peso se intensificó con la campaña presidencial de Donald Trump y su victoria electoral en Estados Unidos, acompañada de la amenaza de imponer aranceles. La proyección para 2025 indica que el tipo de cambio se mantendrá entre 20.24 y 20.69 pesos, según pronósticos de Banxico.
La inflación se ha mantenido relativamente estable durante 2024, rondando el 4%, a excepción de junio, cuando se acercó al 6%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este año, Banxico prevé que la inflación se mantenga por debajo del 3.8%.
En cuanto al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), las expectativas se mantienen bajas, con un aumento proyectado del 1.2%. A pesar de la variabilidad del peso, este no refleja la solidez de la economía de México en su conjunto.