Se siguen generando riesgos de inundaciones repentinas y tornados, y la previsión meteorológica permanece inestable debido a la llegada de un nuevo sistema de tormentas.
Hasta el momento, gran parte de la devastación ha afectado a Arkansas y Kentucky, donde se han reportado al menos ocho muertes en cuatro estados de la región. Cinco personas han perdido la vida en Tennessee, una en Indiana y otra en Kentucky.
Las tormentas han traído fuertes lluvias, con acumulaciones que superan los 30 centímetros (un pie) y 38 centímetros (15 pulgadas) de agua en algunas áreas. La situación ha llevado a que se emitan avisos de inundación para varias localidades.
En la madrugada del sábado, el área metropolitana de Dallas-Fort Worth estaba bajo alerta por inundaciones repentinas, de igual forma que Little Rock y partes de la zona metropolitana de Jackson, Tennessee.
En Cape Girardeau, que ha registrado casi 20 centímetros (7,8 pulgadas) de lluvia en las últimas 72 horas, también se emitió una alerta de tornado el viernes por la noche. Esto ha generado preocupación entre los residentes que intentan adaptarse a la situación.
Las lluvias intensas han caído sobre suelos ya saturados, lo que ha provocado rápidas crecidas en arroyos y ríos, generando inundaciones peligrosas en la región. Se espera que las precipitaciones continúen durante el fin de semana, disminuyendo el domingo por la noche hasta el lunes.
Además de las lluvias, existe el riesgo de vientos dañinos, granizo y tornados. Las áreas de riesgo para este clima severo incluyen Memphis y Jackson, Tennessee; Jackson, Mississippi; y Shreveport, Louisiana. El domingo también se prevé un riesgo persistente de tiempo severo en Georgia, Alabama y la región del panhandle de Florida.