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El presidente de EE. UU., Donald Trump, anunció este miércoles la imposición de tarifas de hasta el 25% para todos los vehículos no fabricados en el país.
Durante su esperado anuncio desde el Despacho Oval, Trump indicó que esta nueva tarifa se aplicará a los vehículos importados a partir del próximo 2 de abril.
“Los autos hechos en EE. UU. estarán exentos de aranceles completamente”, afirmó, subrayando que son “los mejores del mundo”.
Trump destacó que esta medida generará un “crecimiento significativo” en la industria automotriz, prometiendo que impulsará el empleo y la inversión en el país.
Sin embargo, analistas han señalado que esta decisión podría tener importantes repercusiones, estimando que afectará a un mercado de aproximadamente 240,000 millones de dólares.
La mayoría de los vehículos vendidos en EE. UU. son importados, y la nueva tarifa podría aumentar el costo de los automóviles en el rango de 4,000 a 10,000 dólares.
El mandatario estadounidense continúa con su plan de implementar aranceles a productos importados, algo que prometió al llegar a la Casa Blanca en enero, especialmente hacia naciones como Canadá y China.
Impacto en el Comercio Internacional
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, calificó el anuncio de Trump como un “ataque directo” a la industria automotriz, asegurando que este procedimiento podría repercutir en las relaciones comerciales entre países.
Por otro lado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que los nuevos aranceles no solo perjudicarán a las empresas, sino que también aumentarán los costos para los consumidores en EE. UU. y en la Unión Europea.
A medida que se conocen más detalles sobre la implementación de estas tarifas, se está generando un creciente debate sobre su impacto en el sector automovilístico y la economía en general.