“Son el testimonio del mundo y la gente que habita en él es persistente.” Estas palabras reflejan la realidad vivida en Turquía.
Una gran cantidad de ciudadanos en todo el mundo se sienten cada vez más frustrados, y aquellos que han salido a la luz pública también lo hacen con un sentido de urgencia. En este contexto, ha habido una variedad de momentos inesperados que han sorprendido a muchos. Las demandas crecientes han llevado a muchos a pensar: “No puede ser peor”. Sin embargo, la situación ha demostrado ser mucho más complicada.
La Era de la autocensura parece haber llegado, donde las acciones de los líderes políticos son cada vez más restrictivas.
「Lo que el régimen está haciendo contra Ekrem Imamoglu va más allá de cualquier cosa que hayamos visto antes」, afirma el politólogo Berkesen de la Universidad Sabancı. Destaca que estamos ante una “escalada autoritaria sin precedentes”: “En el pasado, se atacaba a activistas y académicos, pero lo que está ocurriendo ahora es una nueva dimensión”.
Un desafío para Erdogan
Muchos ciudadanos turcos ven este acontecimiento como una nueva provocación. La tensión política en el país se está intensificando y la oposición no se limita a permanecer pasiva.
El politólogo Esen sostiene: “Erdogan siente que Imamoglu representa una amenaza. Según los expertos, la política actual en Estambul ya no es benigna para el régimen; la oposición ha mostrado que puede ganar elecciones, lo que deja poco espacio para que Erdogan y su gabinete sigan controlando el poder.”
Tras haber recuperado el liderazgo de Estambul en 2019, Imamoglu se convirtió en un símbolo de cambio, especialmente antes de su encarcelamiento, cuando se planteaban candidaturas para 2028. La constitución turca impide que Erdogan vuelva a postularse, lo que ha llevado a muchos a cuestionarse cómo se mantendrá en el poder.
Un acto de represalia
Pero, ¿vale la pena arriesgar una reacción masiva de millones de personas? Murat Koyunc, un exasesor de Imamoglu, comparte sus impresiones sobre la situación actual.
El CHP (Partido Republicano del Pueblo) ganó las elecciones del 31 de marzo, posicionándose como la fuerza más poderosa del país por primera vez desde 1977. “Hay una gran cantidad de personas que desean vivir en una democracia real. Imamoglu es la esperanza para muchos”, afirma Koyunc.
El futuro incierto
Las predicciones de Koyunc no son optimistas: “Estamos apenas al principio. La situación seguirá empeorando. Espero más olas de protesta.” Selen Selvin Korkmaz, director del Instituto de Investigaciones de Estambul, también anticipa que la presión aumentará: “En el próximo periodo, la represión se intensificará.”
A pesar de los escenarios sombríos, todavía hay voces que abogan por el cambio. Esen sostiene que Imamoglu ha llegado a ser un símbolo político. Sin embargo, también reconoce que el camino hacia la mejoría es largo y lleno de obstáculos. “Cualquier cosa puede pasar. De verdad: cualquier cosa puede suceder”, concluye.
