Desde Berlín, el diario alemán Der Tagespiegel sugiere mirar hacia Brasil para contrarrestar el pesimismo que generan las noticias provenientes de Estados Unidos
“Bolsonaro y Trump comparten muchas similitudes. Ambos son populistas de extrema derecha y tienen una visión distorsionada del Estado. Son hermanados en espíritu; los ecos de su actitud se sienten en Brasil,” menciona el diario.
“Bolsonaro se negó a aceptar su derrota electoral ante Lula da Silva en 2022, tal como lo hizo Trump. A pesar de ser llamado a rendir cuentas, es posible que en el contexto brasileño, Bolsonaro también enfrente consecuencias. En estos días, la democracia brasileña muestra su fortaleza,” añade.
El sistema judicial de Estados Unidos se distingue del brasileño. El día del asalto al distrito gubernamental de Brasilia, políticos de todo el país se unieron con el fin de defender la democracia y la independencia del aparato judicial, independientemente de la polarización política. “No soy fanático de la situación ni de entonces ni de ahora,” concluye.
“Así se hace”
El Süddeutsche Zeitung de Múnich también establece comparaciones: “El momento actual se siente similar a periodos de la historia reciente, en los que las instituciones judiciales han sido cuestionadas. Es interesante notar cómo los tribunales brasileños han logrado en los últimos años establecer un poder judicial responsable,” indica el artículo.
Se explica que, aunque Donald Trump fue condenado en Estados Unidos, fue por cuestiones administrativas. Sin embargo, el asalto al Capitolio en 2021 nunca fue investigado legalmente. En Brasil, la situación es completamente diferente: el Supremo Tribunal Federal está actuando enérgicamente contra Bolsonaro y sus excolaboradores. Podría haber una condena considerable, incluso de hasta 43 años de prisión. Es crucial reconocer la fragilidad de las democracias, como se pudo ver en décadas pasadas,” se subraya.
Bolsonaro “No tiene miedo”
El Frankfurter Allgemeine Zeitung comenta sobre la actitud de Bolsonaro frente a su creciente problema judicial: “En los círculos más leales a Bolsonaro, la narrativa es clara. Las elecciones presidenciales de 2026 se perfilan como el siguiente paso,” se menciona.
En 2023, el Tribunal Supremo Electoral le prohibió ocupar cargos públicos hasta 2030 debido a sus declaraciones infundadas sobre la validez del sistema electoral brasileño. Las pruebas en su contra son abrumadoras y Bolsonaro tiene pocos aliados en la Corte Suprema. Mientras tanto, la oposición en el Congreso trabaja en una ley de amnistía para los detenidos el 8 de enero, pero los expertos no creen que esto le salve la cabeza a Bolsonaro.
Contando con un apoyo base considerable, es evidente que el poder de movilización de Bolsonaro se ha debilitado. Pocos días antes del fallo judicial, convocó una manifestación en Río de Janeiro, pero solo unas pocas decenas de miles se presentaron, muy lejos del millón que se esperaba.
Sin embargo, la presión sobre Jair Bolsonaro continúa en aumento. Mientras algunos de sus seguidores apoyan una estrategia de resistencia, otros piden evitar cualquier acción que los debilite más en este contexto electoral.