Es innegable que las personas en el mundo tienen plena libertad para actuar, pero también hay aspectos que deben tenerse en cuenta. Si bien tanto Trudeau como Trump han mostrado comportamientos cuestionables, la mirada crítica no debe quedar sólo en uno. A pesar de las diferencias, ambos gobiernos han contribuido a su manera a la situación actual, y aunque Sheinbaum afirma que ha hecho todo lo posible, la realidad indica que el enfoque de ambos ha sido bastante similar.
Uno de los aspectos a considerar es la imposición de aranceles que perjudica a las exportaciones en México. En particular, las tarifas aplicadas al acero y aluminio son preocupantes. Aunque la exportación de aluminio a Estados Unidos es mínima, esto afecta la industria automotriz mexicana que sí utiliza este material. En el caso del acero, México es un exportador significativo, pero los aranceles generan una ventaja competitiva a favor de los productores estadounidenses.
Estos aranceles ya están en vigor y no parece que vayan a eliminarse a corto plazo. La situación podría persistir hasta que Trump decida lo contrario, siguiendo criterios que resultan poco claros. La importancia de estos aranceles radica en que establecen desigualdades que afectan a los exportadores mexicanos de acero, los cuales ahora se ven en desventaja.
En este contexto, Canadá también enfrenta la misma problemática con aranceles del 25%. Afecta especialmente a sus productos que intentan ingresar a Estados Unidos. Asimismo, se prevé que todos los países se enfrenten a tarifas similares según lo que Estados Unidos imparte. La forma en que se apliquen puede variar desde aranceles tradicionales a barreras no arancelarias.
Por otro lado, el IVA ha sido mencionado como una suerte de barrera económica. Aunque en términos económicos se le considera un impuesto y no un arancel tradicional, en la práctica significa un incremento en el costo para los productos importados, lo que genera efectos adversos para cualquier comercio internacional que quiera entrar en el mercado estadounidense.
Finalmente, lo que está ocurriendo con la administración de Trump nos lleva a reflexionar sobre la relación con nuestros socios comerciales y sus decisiones. Es importante reconocer que la situación actual puede ser complicada, pero no hay razón para celebrar si estos problemas persisten y afectan la economía, ni mucho menos ignorar diplomáticamente las decisiones que se tomen. Es crucial mantener una perspectiva crítica y prestar atención a las relaciones comerciales internacionales.
Jorge Castañeda, Excola de México