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Alemania es uno de los principales exportadores de vehículos a EE. UU.
El gobierno alemán se mostró en desacuerdo ante la imposición de aranceles del 25% que Donald Trump propuso para Europa, como respuesta a una medida tomada por Washington. Este arancel afecta principalmente a la industria automotriz, a la cual Alemania es uno de sus principales proveedores.
El gobierno mexicano, que también es un exportador clave hacia EE. UU., después de país como Corea del Sur, Japón y Canadá, reiteró su intención de buscar un acuerdo “justo”. El ministro de economía alemán, Robert Habeck, insistió en que no cederán frente a Estados Unidos y enfatizó la necesidad de que Europa “responda con firmeza” a la política arancelaria estadounidense.
Francia también ha expresado su apoyo a una posición unificada. Su ministro de economía, Eric Lombard, comentó que la única solución viable para la Unión Europea pasa por un enfoque combinado respecto a los aranceles de productos específicos. Lombard enfatizó que la situación actual obliga al bloque europeo a actuar de manera conjunta para no ser blanco de más agresiones comerciales.
Posturas de México y Canadá
La líder mexicana, Claudia Sheinbaum, destacó que su país espera un trato preferencial en la venta de automóviles y autopartes a EE. UU., mencionando que los vehículos fabricados bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte son cruciales para la economía mexicana.
La primera ministra de Canadá, Mark Carney, describió los aranceles como un “ataque directo” a su país que perjudicará gravemente la industria automotriz. Carney prometió defender a los trabajadores y empresas canadienses mientras revisa las medidas que tomará a continuación.
Otras respuestas a nivel mundial
Desde Asia, el gobierno de Pekín acusó a Washington de violar las normas de la Organización Mundial del Comercio al imponer los aranceles. En el Reino Unido, la industria automotriz mostró su decepción ante la situación, describiendo las acciones de Trump como poco sorprendentes pero decepcionantes.
Los aranceles que se han anunciado son impuestos aplicables a los vehículos importados, así como a las piezas automotrices que comenzarán a regirse bajo estas normativas a partir de mayo. El año pasado, EE. UU. importó millones de automóviles, valorando aproximadamente 240,000 millones de dólares. Trump sostiene que estas medidas son parte de una estrategia mayor para proteger la manufactura nacional.