El 6 de marzo, el Colectivo anunció que se habían encontrado elementos relacionados con la desaparición de personas en el centro de Jalisco. Entre estos hallazgos se incluyen prendas de vestir, más de 400 pares de zapatos, cuadernos y otros elementos que servirán como evidencia sobre cómo ocurrieron dichas desapariciones. La zona se encuentra a 60 km de Guadalajara, según informó Lucía Fernández para Annured.
El campus representa un lugar donde los habitantes viven en constante angustia. Las condiciones del entorno contribuyen a un clima de desesperación y miedo, donde la vida diaria se ve afectada por la inseguridad y el temor a la violencia.
De acuerdo con testimonios de sobrevivientes, se estima que más de 1500 personas habrían sido asesinadas en este centro de exterminio, que servía no solo como lugar de tortura, sino también como un espacio para entrenar y reclutar a nuevas generaciones para el crimen organizado. Las personas que eran llevadas al rancho enfrentaban torturas y graves vejaciones.
El centro de exterminio era manejado por exmilitares colombianos, quienes empleaban métodos violentos para someter a las víctimas. Los reclutados eran forzados a participar en programas de entrenamiento para sobrevivir y avanzar a las siguientes fases de la capacitación.
Las cifras de desapariciones son alarmantes. Actualmente, hay más de 122,000 denuncias registradas, y desde 2006, se han documentado alrededor de 400,000 asesinatos. La situación refleja una crisis de violencia que enluta al país y que las autoridades han sido incapaces de controlar.
En 2014, tras la Masacre de los 43 de Ayotzinapa, la cifra de desapariciones denunciadas era de 30,000. Sin embargo, el aumento de la violencia, vinculado a políticas de militarización, ha desbordado esta cifra, y se estima que el número real de desaparecidos podría ser mucho mayor, en un contexto de terror que paraliza a las familias que buscan justicia.
A pesar de esta situación crítica, los grupos de búsqueda de desaparecidos han visto un incremento en sus acciones. En un país que se ha convertido en un vasto cementerio humano, cientos de mujeres están dedicadas a excavar la tierra para exhumar restos, identificarlos y devolverlos a sus familias. Las Madres Buscadoras se han convertido en un símbolo de la lucha por encontrar a los desaparecidos, enfrentando el peligro y el dolor en su misión de hallar fosas clandestinas.
