Esta mañana, activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta de 66 m² frente a la Embajada de Estados Unidos con el mensaje “We Are Not Silenced” (“No nos callarán”, en español). Greenpeace USA y Greenpeace Internacional fueron recientemente condenadas por un jurado en Dakota del Norte, que les ha ordenado pagar 660 millones de dólares por su participación en las manifestaciones de 2016 contra Energy Transfer.

Desde Greenpeace advierten que este caso establece un precedente muy peligroso para el derecho a la protesta y la libertad de expresión. Aseguran que no finalizarán aquí y que recurrirán ante los tribunales de Estados Unidos. Greenpeace Internacional también ha manifestado su intención de presentar apelaciones.

El director ejecutivo de Greenpeace España, Saldanya, ha declarado: “La naturaleza poco realista del mundo es alarmante, y los cambios en el mismo son endémicos”.

Continuando con esta acción, Greenpeace reafirma su mensaje y su misión de trabajo claro en favor del medio ambiente.

No es la primera vez que Greenpeace enfrenta amenazas; en sus más de 50 años de historia, la organización ha sufrido bombardeos, encarcelamientos, disparos y ataques verbales. Este año se conmemora el 40 aniversario del hundimiento del barco “Rainbow Warrior”, que fue atacado por los servicios secretos franceses para impedir las protestas contra pruebas nucleares, incidente en el que fue asesinado el fotógrafo portugués Fernando Pereira, según un comunicado de la entidad.

En este nuevo paradigma global, Greenpeace alerta sobre la creciente interferencia en el ámbito jurídico por parte de empresas petroleras que utilizan acciones legales estratégicas (SLAPPs) para silenciar y desgastar a activistas y organizaciones que denuncian injusticias medioambientales, políticas y sociales. Denuncian que esto representa una violación de los derechos humanos fundamentales relacionados con la libertad de expresión.

Greenpeace llevó a cabo su primera acción de protesta pacífica en Amchitka, Alaska, en 1971. Medio siglo después, continúa luchando, financiada por actividades de sus cofundadores y periodistas, entre ellos, Kelcy Warren, cofundador y director de Energy Transfer.

Para Greenpeace España, defender la libertad de expresión y el derecho a la protesta pacífica, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, es más crucial que nunca. Saldanya concluye diciendo que los derechos deben ser garantizados y que algunos gobiernos intentan frenarlos, pero no pueden detener esta lucha.

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