Las autoridades de agua de Tijuana y San Diego han resaltado la importancia de la cooperación entre ambas ciudades para abordar la crisis hídrica actualmente en progreso.
Según reportes de medios locales y expertos, la situación se torna crítica durante los meses de verano, cuando la demanda de agua en la región aumenta significativamente.
Tijuana, que depende en gran medida del suministro de agua de San Diego, enfrenta graves desafíos en la gestión de este recurso, ya que se estima un consumo de 918 millones de metros cúbicos de agua, lo que complica el panorama para la sostenibilidad hídrica en la zona fronteriza.

Durante la temporada seca, expertos y funcionarios han advertido sobre la necesidad de un mejor manejo de los recursos hídricos, destacando que las autoridades locales deben asegurar el acceso al agua de manera sostenible a largo plazo.
José Zavala Álvarez, investigador en la materia, mencionó que la falta de capacidad del acueducto local, que solo puede transportar 5.5 metros cúbicos por segundo, contribuye a agravar la situación.
En una reciente conferencia en el Instituto de Ciencias Veterinarias de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Zavala Álvarez enfatizó que el agua comprada a San Diego es considerada una mercancía y no un bien común, lo que genera tensiones en la relación transfronteriza.
Anualmente, Tijuana gasta entre 80 y 90 millones de pesos en el suministro de agua, reflejando la creciente demanda y la crisis que enfrenta la ciudad en cuanto a este recurso vital.

La infraestructura hídrica en Tijuana muestra signos de debilitamiento, y el río Colorado, que cubre parte de las necesidades de agua de la ciudad, está afectado por volúmenes insuficientes.
Esto ha llevado a las autoridades a considerar la compra de agua a San Diego como una alternativa para asegurar el suministro a la población, reflejando la creciente dependencia de Tijuana de recursos hídricos provenientes de su vecino del norte.
En este contexto, la cuestión del agua es fundamental y resalta las tensiones existentes en la relación entre ambos lados de la frontera en relación con los recursos naturales.
De acuerdo con Zavala Álvarez, el Tratado de Aguas de 1944 establece las bases para la distribución de recursos hídricos entre México y Estados Unidos, un acuerdo que ha sido objeto de controversias a lo largo de los años.