Historias de un Pasado y un Futuro que Encierra el Caso
Marie-José Loshi, que ahora tiene 76 años, recuerda cómo su vida cambió drásticamente en su infancia cuando fue separada de su familia en el Congo durante el periodo colonial, un trauma que la ha marcado de por vida. “Nos robaron nuestra juventud y nuestra infancia”, expresa con profunda tristeza. A pesar de la distancia de los años, el impacto de aquella experiencia sigue presente en su vida.
Las mujeres que vivieron situaciones similares, como Monique Bitu Bingi y Léa Tavares Mujinga, han decidido llevar su historia al ámbito judicial, buscando que se reconozcan las violaciones que sufrieron como resultado de la política colonial belga. Estas mujeres enfrentaron las secuelas de una vida separadas de sus seres queridos, creciendo en instituciones donde no podían comunicarse en su lengua materna.
Una Decisión Judicial Pionera
Recientemente, un tribunal belga dictó un fallo histórico al concluir que el estado belga había sido responsable de la separación forzada de estas mujeres de sus familias. La abogada Michel Hirsch, quien representa a las demandantes, subraya que este veredicto no solo reconoce el sufrimiento de estas cinco mujeres, sino que también sitúa la culpabilidad en el contexto del estado. “Es un gran paso hacia adelante”, afirma Hirsch.
Las demandantes buscan una reparación económica de 50,000 euros cada una, así como reconocer el dolor que han vivido en el silencio. Para muchas de ellas, hablar de su pasado ha sido un acto liberador, aunque también doloroso. Sin embargo, comparten su deseo de que las nuevas generaciones no enfrenten el mismo estigma que tuvieron que sobrellevar.
Una Verdad Que Se Reclama
El gobierno belga ya ha emitido disculpas formales por las prácticas de separación que ocurrieron durante el colonialismo, y se han destinado fondos para ayudar a la sanación de las víctimas de estas políticas. Sin embargo, muchas activistas, como Antoinette Uwonkunda, enfatizan que el estigma y las secuelas de estas políticas continúan vigentes.
Un Futuro con Esperanza
La victoria legal reciente es un aliento para otros que han sufrido injusticias similares. Uwonkunda señala que ahora es momento de abrir puertas para aquellos que han sido silenciados. “No nos quedaremos con los brazos cruzados”, aclara sobre el apoyo a las nuevas generaciones mestizas que aún enfrentan discriminación y marginación.
Marie-José Loshi ahora camina con la cabeza en alto, reconociendo el camino recorrido. “Las lágrimas que llevamos dentro están saliendo a la luz”, dice mientras se siente fortalecida al compartir su historia. Su esperanza es que en el futuro, las injusticias cometidas no se repitan y se aprenda de la historia.
