Recientemente, varios medios de comunicación informaron sobre las iniciativas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dirigidas a implementar regulaciones menos estrictas, lo que incluye la eliminación de ciertas normativas que podrían afectar la salud pública y a las personas que han padecido enfermedades. Esto ha generado preocupación respecto a las consecuencias y efectos que tales medidas puedan tener.

Según Lee Zeldin, nuevo director de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), “Las iniciativas de desregulación eliminarán miles de millones en costos de vida para las familias estadounidenses al reducir gastos en bienes esenciales, como la compra de automóviles y el calentamiento de los hogares.” Zeldin también afirmó que estas acciones revitalizarán la industria manufacturera estadounidense, beneficiando a las comunidades.

El enfoque principal detrás de estas iniciativas radica en impulsar el crecimiento económico de Estados Unidos. Se argumenta que al reducir regulaciones, se incentivará la inversión y la generación de empleo en diversas industrias. Además, el nuevo gobierno se ha comprometido a revisar normativas consideradas excesivas que, según ellos, sofocan la economía.

Se espera que Trump detenga programas que buscan la equidad e inclusión, además de clausurar iniciativas de la EPA que están alineadas con estos objetivos. Esto ha suscitado críticas, ya que se percibe como un retroceso en los esfuerzos por mejorar la justicia social y ambiental.

El administrador de la EPA ha manifestado que estas acciones marcan el fin de lo que él califica como “la nueva estafa verde”, evidenciando un intento de regresar a un paradigma de desarrollo que prioriza la economía sobre la sostenibilidad ambiental.

Expertos han alertado que estas medidas violan principios del derecho ambiental internacional, como el principio de progresividad, que busca que los estados mantengan altos estándares de protección ambiental. Al disminuir o eliminar regulaciones, se corre el riesgo de desproteger a la población y el medio ambiente en general.

Finalmente, es importante mencionar cómo estas decisiones pueden impactar compromisos internacionales. En el contexto de conferencias globales sobre cambio climático, como la COP28, el distanciamiento de medidas ambientales responsables podría aislar a Estados Unidos y afectar su liderazgo en la lucha contra el cambio climático.

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