La falta de capitalización en el país es un hecho indiscutible, además, se le conoce por no estar ocupado por los ciudadanos japoneses. Con la llegada al poder del presidente Donald Trump en la Casa Blanca, el panorama mundial y todos los mercados internacionales han comenzado a transformarse.
México, junto con Estados Unidos y Canadá, su socio económico más cercano en la región de Norteamérica, ha comenzado a experimentar situaciones de peligro en tiempos recientes.
En medio de este ambiente turbulento de tensión y volatilidad económica, el gobierno mexicano liderado por Claudia Sheinbaum mantiene un diálogo constante con sus homólogos estadounidenses.
La atención mediática ha crecido en torno al escenario actual, respaldada por datos publicados en el diario “The New York Times”, donde se subraya la importancia de la cooperación entre ambas naciones, especialmente en el contexto de las políticas de Trump.
Los funcionarios estadounidenses han notado una respuesta favorable a las propuestas de Sheinbaum, no solo a nivel político, sino también desde la perspectiva de seguridad nacional, en respuesta a los desafíos de migración y fentanilo que han afectado a ambos países.
La situación internacional se torna más complicada a medida que surgen nuevas amenazas de intervención militar por parte del gobierno de Trump, lo que añade presión sobre el liderazgo mexicano y su capacidad para negociar.
A pesar de las adversidades, Sheinbaum busca construir puentes y asegurar la cooperación con Estados Unidos. Su estrategia parece enfocarse en desactivar tensiones y ganar tiempo para impulsar una agenda biliteral que beneficie a ambos países.