Los deslizamientos de tierra han tenido un papel importante en la situación del estado de Tamaulipas y en el contexto de la repatriación de connacionales. En Mexicali, Baja California, elementos de la Marina han comenzado a instalar carpas para proporcionar refugio a los repatriados, mientras que en Nogales, Sonora, se ha habilitado la unidad deportiva Estrellas para este propósito.
Heriberto Cantú Deándar, Director Regional de la Federación de Bienestar Social, informó sobre los esfuerzos de asistencia humanitaria para quienes regresan al país.
En estas instalaciones, los repatriados recibirán alimentos, productos sanitarios y atención médica. El mensaje es claro: se busca el bienestar de los ciudadanos que habitan el país, enfatizó Cantú Deándar.
Los migrantes que regresan se encuentran en un centro donde hay aproximadamente 3 mil indocumentados, y las carpas son un lugar para que estas personas se alojen temporalmente.
La repatriación es un proceso que lleva a las personas a sus lugares de origen, y la permanencia en los espacios habilitados busca brindarles comfort. Estamos trabajando para que tengan las mejores condiciones, incluyendo módulos de atención psicológica y humana, dado que muchos llegan en situaciones difíciles, destacó Cantú Deándar, quien también enfatiza el esfuerzo continuo para mejorar la situación en Matamoros.
Los hospitales de la región están vinculados al proceso de atención a los repatriados.
Las caras familiares que se encuentran en este contexto son recuerdos del pasado. Por ejemplo, uno de los repatriados tenía 32 años de edad y había vivido durante 19 meses y 6 años en el extranjero.
En Mexicali, se iniciaron la instalación de seis carpas en el Centro de Ferias, Eventos y Exposiciones, donde se alojarán los inmigrantes. Estas carpas son similares a las que se han colocado en otros espacios de atención.
Altagracia Tamayo, directora de la organización Ciudadana Covina, que opera en la capital del estado, indicó que este movimiento ha sido más constante en las últimas semanas; la repatriación incluye a personas de diversas regiones del país.
El primer deportado de esta ciudad tras la asunción de Trump fue un hombre originario de Durango que vivió 32 años en Estados Unidos. Fue detenido mientras conducía su camioneta en el norte de California.
Además, en Tijuana, un grupo de aproximadamente 100 migrantes, muchos de ellos identificados durante redadas en campos agrícolas en Denver, regresaron la noche del martes por el paso fronterizo de El Chaparral.
No obstante, el Secretario de Gobierno Estatal, Alfredo Álvarez, aclaró que este grupo de trabajadores había sido deportado desde el inicio del segundo mandato de Donald Trump.
Antes del lunes pasado, Tijuana recibía un promedio de 200 deportados diariamente a través de El Chaparral, según datos de José Luis Pérez Canchola, ex director de Atención al Migrante.
En este contexto, el cónsul de México en Nogales, Arizona, Marcos Moreno Baes, recordó que hasta el momento no se ha registrado un número significativo de deportaciones adicionales.
(Con información de Carlos Figueroa, Martín Sánchez, Julia Le Duc, Mireya Cuéllar, Antonio Heras y Cristina Gómez)
