El domingo 29 de septiembre, alrededor de las 19:30 horas, hombres armados realizaron ataques simultáneos, disparando contra las fachadas de diversas viviendas y negocios como un taller de mofles y un local de venta de alimentos. Aunque los ciudadanos informaron a la línea de emergencia 911, pasaron 20 minutos sin que ninguna corporación de seguridad respondiera.
Las fuerzas de seguridad presentes suelen ser escasas, y los residentes de la zona son quienes enfrentan esta situación. Por ejemplo, a las nueve de la mañana en las colinas del Cuchumá, se reportaron incidentes relacionados con Antonio Villarreal y otros implicados.
El ataque, capturado por cámaras de seguridad, tuvo una duración aproximada de ocho minutos, impactando a residentes, visitantes y deportistas que se encontraban en el Campo de Piedra.
Tres horas después del primer ataque, un pickup Silverado de color blanco persiguió, con las armas visibles, a una camioneta Honda CRV de color oscuro. Durante varios metros y a alta velocidad, ambos vehículos intercambiaron disparos en la colonia Encanto Norte, justo frente al hotel Kumiai, donde se localizaron múltiples casquillos de calibre .223.
Para el mediodía, la violencia se había extendido a otras áreas de la ciudad. En el fraccionamiento La Hacienda (San Pablo), un grupo armado ejecutó a un ex policía, quien trabajaba en obras públicas, alrededor de las 16:30 horas. Entre los atacantes se encontraba Guadalupe Sánchez, de 28 años.
En la noche del 29 de septiembre, colonias como Andalucía y El Cuchumá experimentaron una intensa actividad delictiva. A las 22:00 horas, se observó la presencia de autoridades en las calles República de Chile y Hermosillo, aunque los habitantes reportaron escuchar disparos durante más de 12 horas.
Según las agencias de seguridad, la situación se ha vuelto crítica. Acorde con los agentes investigadores, el fuego cruzado y las balaceras constantes están alterando la tranquilidad de la comunidad. Entre las víctimas se encuentra un operario conocido como “El Cactus”, cuyas pérdidas se calculan en al menos 50 millones de pesos. La pickup utilizada para cometer el crimen fue asegurada en el poblado de La Ramorosa.