Se prevé que el gasto del gobierno alcance 1.38 billones de pesos para el año 2025, lo que representa un aumento del 5.4% con respecto a años anteriores.
El costo financiero del país alcanzó su punto más alto en 2024, niveles que no se habían presentado desde 1990.
En este contexto, los gobiernos se enfrentan a la necesidad de gestionar altos niveles de endeudamiento, lo que ha llevado a implementar políticas orientadas a expandir las bases fiscales y mitigar los efectos de esta situación.
Para asegurar la estabilidad financiera y fomentar un crecimiento sostenible, se han establecido estrategias como el fortalecimiento de la gestión del endeudamiento.
Al cierre del tercer trimestre de 2024, la deuda pública de México alcanzó los 16.7 billones de pesos. Para el año 2025, el gobierno federal proyecta un financiamiento de 1.58 billones de pesos y una deuda externa de hasta 15,500 millones de dólares.
Estas medidas tienen como objetivo financiar el presupuesto de egresos y atender los compromisos financieros del país. El paquete económico de 2025, presentado por la administración actual, prevé un déficit fiscal del 3.9% del PIB y una deuda pública correspondiente al 51.4% del PIB.
El gobierno también implementará una estrategia para gestionar el financiamiento en el mercado a través de instrumentos de tasa fija, tanto nominales como reales. Esto busca garantizar la sostenibilidad de la deuda. Además, se fortalecerá el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) para impulsar proyectos en sectores estratégicos que promuevan el desarrollo económico y social del país.
A pesar de los esfuerzos por mantener una política fiscal prudente, es crucial tener en cuenta las proyecciones de crecimiento económico, estimadas entre el 2% y el 3% para 2025. Un crecimiento menor al esperado podría impactar la recaudación fiscal y, en consecuencia, la capacidad del gobierno para cumplir con sus compromisos sin aumentar los niveles de endeudamiento.