Ciudad de México. En un contexto de creciente inseguridad y violencia, así como otros factores negativos, se prevé que la producción de maíz para 2025 continúe su tendencia a la baja, posicionándose en cifras entre las más bajas del país.
Según expertos, la cosecha para este año será un 21% inferior a la de 2023, un panorama que podría impactar en alimentos esenciales de la dieta mexicana, como la tortilla. Se estima que para 2025 la producción nacional de maíz alcanzará 21.7 millones de toneladas, en comparación con las 23 millones del año anterior y las 27.5 millones de hace dos años, según proyecciones del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
Particularmente en Sinaloa, el principal productor de maíz en México, la situación se muestra crítica. Se anticipa que este estado, que solía aportar un promedio de 6 millones de toneladas al inventario nacional, apenas alcanzará una producción de menos de 2 millones debido a la sequía.
“Estamos viendo lo que ocurrirá este año en Sinaloa, donde es probable que no se alcance ni siquiera los 2 millones de toneladas de producción debido a la falta de agua”, señaló Luis Fernando Haro.
Este cambio en la producción nacional probablemente implicará un aumento en las importaciones, lo que a su vez podría contribuir a una escasez en el mercado local. “Los autosuficientes de maíz son cruciales, y la correlación con las importaciones puede generar preocupaciones en la disponibilidad del producto”, agregó el experto.
Con este panorama, México podría convertirse en el principal importador de maíz, lo que afecta no solo al mercado interno, sino también al sector ganadero, que depende en gran medida de este cultivo. José Cacho Ribeiro, Vicepresidente Ejecutivo de Grupo Empresarial G, destacó que en el caso del maíz blanco, que es fundamental para la producción nacional, la autosuficiencia se ve comprometida.
Juan Carlos Anaya, Director del GCMA, indicó que han surgido preocupaciones sobre la dependencia de las importaciones y destacó la importancia de estabilizar la producción local. “La falta de fertilizante y los desafíos climáticos no llevan a nada positivo”, concluyó.