México está surcado por diversas fallas geológicas, algunas de las cuales se localizan en la Ciudad de México, causando microsísmos, mientras que otras están situadas entre Puebla y Tlaxcala. Sin embargo, hay una lista de estados que son vulnerables a sismos, principalmente aquellos que se encuentran sobre la placa de Cocos, como Guerrero, Oaxaca y Chiapas, así como la falla de San Andrés.
El 12 de mayo, se registraron sismos mayores a 4.0 en la región de Guadalupe Victoria. Esta actividad sísmica ha generado preocupación debido a su magnitud.
Es importante señalar que estos movimientos sísmicos ocurrieron en una zona marcada por la falla de San Andrés, que se extiende a lo largo de 300 kilómetros, desde California, Estados Unidos.

La actividad sísmica se debe a las placas tectónicas que se mueven lateralmente entre sí, teniendo una influencia sobre la costa del Pacífico, desde el norte hasta el sur.
El primer sismo de esta serie ocurrió a las 11:24 horas, a 23 kilómetros al norte de Guadalupe Victoria, Baja California, con una profundidad de 9.6 kilómetros y una magnitud de 4.1. El segundo movimiento fue el más fuerte de este evento, con una magnitud de 5.0, registrado a las 12:22, a 24 kilómetros de Guadalupe Victoria y a una profundidad de 8.4 kilómetros.
El tercer sismo fue de 4.1, con la misma magnitud que el primero, sucediendo 11 minutos después a la misma distancia de 24 kilómetros de Guadalupe Victoria, a las 12:33 y con una profundidad de 10.9. El cuarto sismo ocurrió a las 12:45, a 23 kilómetros de Guadalupe Victoria, con magnitud de 4.1 y a una profundidad de 9.6 kilómetros.
El sexto sismo tuvo una magnitud de 4.6, siendo el más cercano a la zona, a 17 kilómetros al noroeste de Guadalupe Victoria, a una profundidad de 10.5 kilómetros y sucedió a las 13:03. El séptimo se registró a las 17:00, a 61 kilómetros al este de Guadalupe Victoria, con una magnitud de 4.6 y a una profundidad de 49.1 kilómetros.
El octavo sismo ocurrió a las 18:04, a 21 kilómetros de Guadalupe Victoria, con una magnitud de 4.1. El noveno se registró a las 22:02, a 24 kilómetros al norte con una magnitud de 4.3, y el décimo tuvo lugar a las 22:07, a 23 kilómetros al norte, con magnitud de 4.1 y a una profundidad de 11 kilómetros.
Es crítico destacar que los residentes de estas áreas deben estar en constante monitoreo y preparación. Estudios recientes sugieren que el llamado “Gran Terremoto”, generado por la falla de San Andrés, podría tener una magnitud superior a 7.8, afectando no solo esta región, sino también afectando a Baja California directamente.

Expertos indican que hay áreas vulnerables donde se predice una posible destrucción significativa. La amenaza de incendios post-terremoto podría complicar las labores de rescate, según Jonathan Stewart de la Universidad de California. Esto subraya la urgencia de fortalecer la infraestructura en previsión de eventualidades.
Existen más de 17,000 economías locales que pueden verse afectadas, al igual que las telecomunicaciones. Tanto la autoridad de terremotos de California (CEA) como el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) enfatizan la necesidad crítica de medidas preventivas ante estos eventos sísmicos.
Las catástrofes pasadas, como el terremoto de San Francisco en 1906, destacan la importancia de las lecciones aprendidas y la preparación ante futuros desastres. Aproximadamente el 60% de los últimos 30 años han sido marcados por temblores, mostrando así la reiterada necesidad de estar listos ante lo inesperado.