Las fundaciones de Estados Unidos han reducido la asistencia a organizaciones que atienden a migrantes, elevando el riesgo de que muchos espacios que ofrecen refugio y apoyo desaparezcan. Esto es producto de la actual situación, que debe ser puesta en evidencia.
“Si no recibimos un dólar entre hoy y mayo, cerraremos definitivamente. No es que tengamos grandes reservas, pero estamos utilizando poco a poco lo que tenemos. Hace cinco años estábamos en la misma situación y logramos salir adelante con la ayuda del gobierno, pero desde que llegó Trump, se cortaron todas las ayudas. Ahora, con todas las fundaciones combinadas, es más difícil”, declaró Pat Murphy, de la Casa del Migrante en Tijuana.
A partir de enero, se detuvo el flujo de donativos provenientes de fundaciones y organizaciones estadounidenses, especialmente aquellas que dependen de fondos gubernamentales, esto tras la salida de Donald Trump como el 45.º presidente de Estados Unidos.

Frente a la crisis económica, Pat Murphy ha decidido lanzar una campaña de búsqueda de donativos económicos para poder operar, además de reformar su eficiencia en la gestión de los recursos. El Padre Murphy señaló: “Necesitamos más o menos 40 mil dólares al mes. Ese dinero se va en impuestos, sueldos y comida.”
“Hemos recibido la visita de varias organizaciones como CRS, ACNUR y UNICEF, quienes están evaluando su financiación aquí y no sabemos qué va a pasar. Estamos tratando de ser más activos y creativos, aplicando a otras fundaciones, pero también saliendo a hablar en diferentes eventos y parroquias para buscar más donaciones,” agregó.
Murphy anticipa que, a mediados de año, las organizaciones que gestionan la situación se verán considerablemente afectadas. Pero asegura: “Estamos más enfocados en conseguir dinero que en otra cosa, porque la gente es muy generosa y la comida llega. Muchas iglesias y personas donan. Hay un señor que dona una cantidad de pollos cada mes, pero lo que realmente necesitamos es lo que nadie quiere donar: dinero para pagar sueldos, gasolina y luz.”
El Padre Murphy también expresó su frustración con el gobierno local de Claudia Sheinbaum, que optó por desviar los recursos. “El gobierno no está haciendo nada. Hablan muy bonito de su obra, que es un desastre en mi opinión. Todos los refugios en la frontera son un caos, con miles de personas a su cargo. En lugar de donar dinero a casas o albergues que ya existen, gastan en monumentos sin sentido,” concluyó.
Con información de Yolanda Morales.