La violencia se ha intensificado en este nuevo sexenio, especialmente afectando a los alcaldes, que son el último eslabón de la estructura política. Estados como Chiapas, Oaxaca y Guerrero son los que han registrado más agresiones trágicas contra sus autoridades locales. El caso más alarmante ocurrió con el asesinato de Alejandro Arcos, solo seis días después de su toma de posesión en Chilpancingo. Desde entonces, las agresiones han ido en aumento, y los ataques han dejado un saldo de dos muertos en el lugar de la agresión, mientras que un tercero logró escapar con vida.
México cuenta con más de 2,400 municipios. La mayoría de ellos eligen a sus autoridades mediante votos en las urnas, pero algunos siguen el sistema de usos y costumbres, un mecanismo de normas colectivas que ha existido en las comunidades indígenas durante siglos. No es un secreto que los alcaldes, el tercer nivel de gobierno detrás del estatal y federal, enfrentan presiones del crimen organizado. Esta violencia se ha manifestado en su forma más brutal en las últimas semanas, como evidenció el brutal crimen de Alejandro Arcos, cuya cabeza fue hallada sobre su camioneta, mientras su cuerpo fue encontrado debajo de una manta.
Al momento de su asesinato, se confirmaba que varios grupos criminales habían sido identificados como responsables, según información de distintas fuentes. Antes de asesinar a Arcos, también se había atacado al secretario del ayuntamiento, Francisco Tapia, y a quien iba a ser su secretario de Seguridad, Ulises Hernández. Al abordar este caso, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Federal, mencionó que otros cuatro alcaldes de Guerrero y Guanajuato habían solicitado protección.
Esta semana, la violencia ha vuelto a ser letal para los alcaldes en México. Aurelio Mendes, alcalde morenista de Jarula Lala, en Guerrero, fue interceptado por un comando armado durante la ejecución de sus funciones. Jacinto González Varona, líder de Morena en la entidad, reveló que Mendes había recibido amenazas antes de asumir el cargo, y que la policía estatal le había retirado sus escoltas.
Manuel Justo Gómez, alcalde de Marqués de Comillas en Chiapas, fue víctima de un atentado a disparos el miércoles por la noche. Según declaraciones oficiales, perdió la vida a causa de la agresión. Tres días antes, el alcalde de Chilón, en el norte de Chiapas, también fue atacado. Mario Hernández Aguilar, del Partido del Trabajo, logró sobrevivir al ataque, aunque recibió heridas y el paradero de los autores sigue siendo incierto.
La violencia ha marcado las primeras semanas del gobierno de Sheinbaum. Mientras Guerrero intentaba mejorar su situación tras el crimen de Arcos, Oaxaca reportó el homicidio del presidente municipal de Candelaria Loxicha. Román Ruiz Bohórquez, quien asumió en 2023, fue acuchillado en su hogar el 14 de octubre, según informaron las autoridades correspondientes. El gobernador Salomón Jara prometió que este acto de violencia no quedará impune.
Un informe del Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED), una organización con sede en Estados Unidos, reveló que desde el 1 de marzo hasta el 2 de junio se han registrado más de 330 ataques contra figuras políticas. Estableciendo que estas agresiones son parte de un intento por ejercer control a nivel local.
