El gobierno de Estados Unidos expresó su condena el domingo frente a los ataques en la región de Maitira, al oeste de Siria, donde la violencia sectaria ha dejado más de 700 muertos en pocos días. Se enfatizó el compromiso en proteger a las comunidades en riesgo.
“Estados Unidos rechaza las acciones de los terroristas islamistas radicales, incluidos los yihadistas extranjeros responsables de estos asesinatos en Siria durante los últimos días,” indicó el comunicado oficial.
De acuerdo al Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que mantiene una red de informantes dentro del país, al menos 745 civiles alauitas han sido “ejecutados” de manera brutal en las costas de Latakia y Tartús. Asimismo, se han reportado 273 miembros de las fuerzas de seguridad y milicianos leales a Bashar al-Assad muertos.
La cifra total de víctimas mortales ya supera los mil, en medio de una escalada de episodios violentos que han marcado la respuesta del régimen de Assad desde 2024.
“Estados Unidos apoya a las minorías religiosas y étnicas de Siria, incluyendo a las comunidades cristianas, drusas, alauitas y kurdas, y expresa sus condolencias a las víctimas y sus familias,” concluyó el comunicado.
La condena de Washington se suma a la de otras organizaciones internacionales, como las Naciones Unidas, que han señalado la grave situación de derechos humanos en la región y han instado a la presión sobre el régimen sirio para que cese la violencia.
Mientras tanto, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que los conflictos han repercutido de manera significativa sobre la salud pública, poniendo en riesgo las instalaciones de salud. “La OMS trabaja para garantizar el acceso a atención médica en medio de esta crisis humanitaria”, agregó.
En el contexto de un creciente enfrentamiento, el líder sirio Ahmed al-Shara pidió la “unidad nacional” y la convivencia pacífica en el país, advirtiendo sobre la necesidad de poner fin a las violentas incursiones y masacres perpetradas contra la población civil desarmada, que incluye a mujeres y niños.
Este mensaje de unidad coincide con el llamado de líderes religiosos y de derechos humanos que condenan las matanzas y exigen el fin de los actos de violencia indiscriminada, destacando la grave urgencia de preservar la paz y la estabilidad en Siria, un país que ha padecido años de devastadores conflictos.