Después de muchas advertencias, finalmente ha llegado el momento. Los aranceles generales anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, del 25% a productos de México y Canadá entraron en vigor este martes.
Además, Washington ha aplicado un arancel adicional del 10% a las importaciones chinas, que se suma a una tasa del 10% que ya estaba vigente desde el 4 de febrero. Este arancel será universal y afectará a todos los productos, influenciado por los comentarios sobre el control de la inmigración y otras situaciones comerciales.
“Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los ingredientes irregulares, dejen de entrar a nuestro país”, afirmó la Casa Blanca en un comunicado al anunciar por primera vez estas medidas en febrero. Desde México, la presidenta Claudia Sheinbaum declaró que estas medidas “deben ser respetadas” y que se evaluarán las “medidas arancelarias y no arancelarias” en marzo. Por su parte, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, también anunció la imposición de un arancel del 25% a productos estadounidenses a partir de este martes.
Analistas advierten que estos aranceles representan un significativo reto para México, dado que más del 80% de sus exportaciones van dirigidas al mercado estadounidense. Esto añade presión sobre la economía mexicana, que podría ver un retroceso significativo con la implementación de estas nuevas tarifas.
Los aranceles funcionan como un impuesto sobre los productos importados, que es pagado por el importador del país que aplica el arancel; en este caso, el importador estadounidense. Con este aumento en los costos, generalmente se traslada una parte o la totalidad de este costo adicional a los consumidores estadounidenses. Sin embargo, Trump sostiene lo contrario, argumentando que los aranceles “enriquecen a los estadounidenses” al ofrecer precios más atractivos.
Con respecto a los productos más impactados, se espera que las industrias automotriz y electrónica sientan el golpe, dado que estos sectores representan gran parte de las exportaciones. Entre los bienes que se verán afectados se encontrarán vehículos, electrodomésticos, y productos de tecnología. El sector energético y la agricultura, especialmente las frutas y verduras, también se enfrentarán a grandes dificultades debido a estas tarifas.
El impacto real de estas medidas en las economías de América del Norte será más evidente conforme pase el tiempo. Los expertos advierten que la aplicación de aranceles del 25% podría llevar a una recesión en la economía mexicana. Este contexto comercial desafiante está poniendo en riesgo el sistema de libre comercio de 30 años que ha fomentado una estrecha integración entre los países de América del Norte. Por otro lado, la incertidumbre sobre las inversiones en México podría llevar a un enfriamiento económico doloroso.