El comercio entre Canadá, México y Estados Unidos se encuentra bajo tensión tras la imposición de aranceles por parte del expresidente Donald Trump en diversas industrias de la región.
De acuerdo con la información de Anna Swanson, reportera en Washington, y Simon Romero desde Ottawa para el New York Times, el gobierno canadiense ha planteado una serie de respuestas ante estos aranceles.
Este plan contempla acciones que podrían impactar sectores estratégicos como la electricidad, el petróleo, el gas, el uranio y la potasa, un fertilizante clave en la agricultura.
El Primer Ministro de Ontario, Doug Ford, quien fue recientemente reelegido, adoptó una postura firme ante las amenazas comerciales provenientes del sur. En una conferencia de prensa, afirmó que no dudaría en actuar de forma contundente.
“Si quieren intentar, lo haré más que claro”, declaró. Es importante proteger los recursos de nuestro territorio y a la población que reside en él.

Según el New York Times, representantes de Canadá y México, así como de la industria automotriz, expresaron su preocupación por las consecuencias de estas políticas comerciales. Matt Blunt, presidente del Consejo de Política Automotriz Estadounidense, mencionó que empresas como General Motors y Ford Motor están preocupadas por las repercusiones que podrían tener dichas medidas.
“Nuestros fabricantes de automóviles, que han invertido miles de millones para adaptarse a los estándares, no deberían verse perjudicados por aranceles”, subrayó, reflejando la inquietud generalizada dentro del sector. Además, expertos han advertido que el impacto de estas acciones podría reducir la capacidad de inversión de las empresas.

Los sectores de electricidad, petróleo y gas son fundamentales no solo para la economía canadiense, sino también para la estadounidense. Además, productos como el uranio y la potasa son cruciales para el comercio entre ambos países.
El presidente subrayó que nadie gana cuando se amenaza a los aliados de los que se depende, enfatizando la importancia de mantener relaciones comerciales estables entre Canadá y Estados Unidos. A medida que esta situación se desarrolla, tanto Canadá como la industria automotriz están atentos al impacto que estas medidas puedan tener en sus operaciones y en la economía regional.