El presidente Donald Trump ha declarado que “Estados Unidos está en guerra contra los cárteles de la droga mexicanos”, a los que acusa de representar una amenaza para “la seguridad nacional” del país. Esto ocurre días después de que designara a seis grupos mexicanos, incluido el cártel de Sinaloa (fundado en los años 80 por Joaquín “el Chapo” Guzmán e Ismael “el Mayo” Zambada), como “organizaciones terroristas globales”.
El territorio mexicano que colinda con la frontera estadounidense “está dominado por un torrente de criminales que asesinan, violan y extorsionan”, afirmó el magnate republicano ante el pleno del Congreso. “Ejercen un control total sobre toda la nación; la situación está amenazando nuestra seguridad nacional”, sostuvo. “Los cárteles están librando una guerra contra Estados Unidos, y es hora de que Estados Unidos haga lo mismo”.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha impulsado una diplomacia agresiva para enfrentar la crisis de los opiáceos sintéticos que está causando estragos en Estados Unidos. La única forma de resolver este problema es enfrentándolo directamente.
La situación en el país vecino es “insostenible” y hay áreas donde la gente sufre enormemente. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a quien el republicano calificó públicamente como una mujer “maravillosa”, considera esto una difamación. La búsqueda de soluciones diplomáticas y de transacción parece que se complica por los comentarios de Trump, siempre que no se obtengan resultados tangibles. “Debido a nuestras políticas arancelarias, México está padeciendo una crisis”, añadió.
Según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de México, el tráfico de narcóticos forma parte de “las modalidades de coordinación, cooperación y responsabilidad bilateral, en el marco del respeto a las soberanías de las naciones”.
“Postura diferente”
La versión de Trump contrasta: “Quieren hacernos felices, por primera vez en la historia”. A finales de febrero, la Casa Blanca advirtió que “abriría las puertas del infierno” contra los cárteles para garantizar la seguridad en la frontera con México. “Están sobre aviso”, afirmó recientemente el asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz. “Han visto a los mexicanos realizando patrullas junto a nuestra policía de Aduanas y Fronteras y nuestro ejército para proteger la soberanía”, añadió.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, ha sido vago sobre el uso de la fuerza militar contra los cárteles. “Dependemos de dónde se aplique la fuerza”, manifestó. “Pueden ponerles el nombre que deseen (a los cárteles), pero en México se trata de coordinación, nunca subordinación, no intervencionismo y menos invasión”. “No negociamos la soberanía”, insistió Sheinbaum, quien hace unas semanas ordenó el despliegue de 10,000 soldados en la zona fronteriza, donde operan los cárteles.