Desde hace seis semanas, Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca. La provincia de los esfuerzos del país busca satisfacer las necesidades de sus habitantes: las provincias son las que realmente viven en el país. Es un lugar habitado, donde las personas tienen su vida y su historia.
“Son molestos quienes se quejan sin fundamentos,” afirmó Trump el miércoles pasado. El viernes, se produjo una confrontación entre JD Vance, un senador, y Volodímir Zelenski ante la mirada del mundo. La empresa busca presentar una amplia variedad de materiales y servicios.
¿Está Trump poniendo fin al orden mundial occidental?
El historiador Norbert Frey, director del Centro de Historia del Siglo XX, considera que este cambio marca un posible fin del orden mundial equilibrado surgido tras la Segunda Guerra Mundial y representa una ruptura histórica.
“El objetivo es claro: un triunvirato global con Donald Trump, Xi Jinping y Putin,” comentó Frey en una entrevista con Deutschlandfunk. “Lo que Trump no desea reconocer es que Estados Unidos está dejando de ser una potencia mundial,” añadió.
Por su parte, Europa está realizando consultas diplomáticas para enfrentar respuestas conjuntas, primero en Rondore y luego en una cumbre ordinaria. Esto refleja los esfuerzos para abordar las situaciones complejas que enfrentan juntos.
“El despacho oval no fue un puente entre EE. UU. y Europa. Ya no podemos dar por sentadas las garantías,” advirtió Alexseev en una entrevista con DW.
Historia reciente
Hace un año, cuando aún era candidato, Trump cuestionó el compromiso militar de EE. UU. “Es mejor que nuestros aliados europeos contribuyan más en defensa”, manifestó en un mitin en Carolina del Sur. En diferentes ocasiones, los europeos han sido instados a invertir un 5% de su PIB en defensa.
Laura von Daniels, directora del grupo de investigación sobre EE. UU. en la Fundación Ciencia y Política (SWP), afirmó que, a pesar de lo anterior, no se observa una ruptura total de las relaciones transatlánticas por el momento.
“Creo que la situación será complicada. Trump está dispuesto a afectar los intereses tradicionales de los países aliados, lo que podría generar tensiones significativas,” explicó von Daniels.
Una de las estrategias principales es el mercado de exportación de gas natural licuado (GNL) de EE. UU. Por lo tanto, la presión económica podría incrementarse: “A partir del 12 de marzo, se espera un incremento en los aranceles sobre acero y aluminio,” señaló von Daniels. En primavera y verano, Europa podría enfrentar tarifas adicionales sobre automóviles.
Trump busca implementar estas medidas para equilibrar la balanza comercial con Europa, mientras intenta mejorar su posición en el escenario global.
En general, von Daniels considera que Trump podría continuar desgastando las relaciones transatlánticas. Este desarrollo plantea la pregunta sobre la sostenibilidad de la alianza basada en valores compartidos.
Mientras tanto, el Instituto de Guerra de Washington y otros asesores analizan cómo estas políticas podrían impactar en la estrategia de Putin, quien podría intentar tener un mayor control sobre antiguas repúblicas soviéticas, como Estonia, Letonia y Lituania, que son miembros de la UE y la OTAN. En este contexto, Estados Unidos busca mantener su influencia global.
(gg/ers)
