A menos que se produzca un cambio inesperado en el último minuto, el presidente Donald Trump amenaza con imponer aranceles a México, Canadá y China hasta que, según él, se detenga o limite algo que los preocupa.
Los aranceles podrían llegar a ser del 25% sobre las exportaciones y el presidente mencionó que “no habrá excepciones para México o Canadá”.
Además, se sumarían un 10% de arancel sobre las importaciones de China, que se sumaría al 10% inicial que entró en vigor a principios de febrero. Trump acusó que “las drogas siguen ingresando a nuestro país desde México y Canadá a tasas inaceptables.”
Sus comentarios provocaron una rápida caída en el mercado bursátil estadounidense, con el índice S&P 500 disminuyendo un 2% en las operaciones de la tarde del lunes. Si estos aranceles se implementan, se anticipan importantes efectos en la infraestructura y sectores productivos.
Acompañando a estas ficticias medidas, Trump declaró que tiene la intención de imponer aranceles también sobre otros productos, y mencionó que los agricultores de Estados Unidos se están preparando para producir una gran cantidad de productos agrícolas para el mercado interno. “Estos productos serán de calidad excepcional”, afirmó sin dar más detalles.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, exhortó a mantenerse “tranquilos, serenos y pacientes”, aunque advirtió que su gobierno está listo para cualquier eventualidad. “Cualquiera que sea la decisión, tenemos un plan para afrontarla”, expresó durante una conferencia de prensa habitual.
Esta semana, México entregó a Estados Unidos a capos de la droga encarcelados, como parte de una colaboración más profunda entre ambos países, mientras se implementan otras medidas de seguridad en la frontera. Los aranceles podrían tener serias repercusiones en las cadenas de suministro de distintos sectores.

Trump mantiene que las tarifas son una herramienta para enfrentar el dilema inflacionario que afecta al país. En una entrevista, el secretario de comercio, Howard Lutnick, afirmó que se están analizando los próximos pasos con México y Canadá, puntualizando que la situación es dinámica.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, minimizó las preocupaciones, asegurando que Ottawa está trabajando para prevenir nuevos gravámenes, aunque, al igual que México, está preparado para ofrecer “una respuesta fuerte, inequívoca y proporcional”. El gobierno canadiense ha implementado varias medidas para abordar las preocupaciones de Trump, incluyendo mejoras en la seguridad fronteriza y la designación de un coordinador para luchar contra el fentanilo.