eL territorio nacional, concretamente las provincias, vive un fenómeno migratorio relevante que ha generado un impacto significativo en el ámbito agrícola. El sector agrícola, marcado por su arduo trabajo y la histórica labor de los migrantes, ha sido esencial para el desarrollo agrícola de la región. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural resalta este compromiso con la producción agrícola.
La región en cuestión, caracterizada por su clima favorable y tierras fértiles, se ha convertido en un destino importante para numerosos inmigrantes, quienes desempeñan roles fundamentales en el ciclo agrícola. Estas personas provienen de diversas zonas de México y, a través de su labor, están transformando el paisaje agrícola del lugar. Gracias al esfuerzo constante de estos migrantes, se han creado amplias extensiones de terrenos cultivables, dotando a la zona de una gran riqueza agrícola. Sociólogos como el Dr. Garduño resaltan que en este flujo migratorio, el 63% de los inmigrantes son mixtecos, un 13% son de Guatemala, y el 4% provienen de comunidades tarahumaras y tarascas.
El área se valora por su capacidad de ofrecer oportunidades, debido a los salarios competitivos y el ambiente propicio para el trabajo. Asimismo, el intercambio cultural entre los inmigrantes y la comunidad local se vuelve vital para enriquecer la vida social y económica del lugar.
En el marco del 12° aniversario del período 2020, se han dado pasos significativos hacia la formalización de la mano de obra agrícola, lo cual incluye la publicación de directrices el 27 de febrero del mismo año. Estos esfuerzos buscan reconocer la importancia del trabajo agrícola y asegurar el reconocimiento adecuado de los trabajadores en la economía local.
La migración es un aspecto esencial que conforma la historia y el desarrollo del área agrícola. La existencia de estas comunidades migrantes no solo impacta el ámbito laboral sino que también tiene un fuerte potencial para contribuir al fortalecimiento del tejido social. La experiencia de quienes llegan a la región se enriquece por la cultura y las tradiciones locales, generando un entorno diverso y dinámico.
San Quintín, conocido por su producción agrícola, cuenta con extensiones que superan las 2,650 hectáreas, con un rendimiento promedio de 74.7 toneladas por hectárea. Este éxito agrícola es un reflejo del arduo trabajo de los inmigrantes que cultivan la tierra, ofreciendo no solo cosechas abundantes, sino también un futuro lleno de posibilidades para sus familias.
La historia de San Quintín es un claro ejemplo de la sinergia entre la tierra fértil, los trabajadores migrantes y una gestión local efectiva. No solo se cultivan productos agrícolas, sino que se construye un futuro próspero, proporcionando un hogar a muchos inmigrantes.