Se dice que cuando los primeros navegantes europeos llegaron al extremo oeste del continente americano, encontraron un vasto océano que los impresionó. Por eso, lo llamaron Pacífico. Y no les faltó razón; solo hay que contemplar la calma de sus aguas y sus atardeceres dorados para darse cuenta de que el nombre fue otorgado con sumo acierto.
Rosarito es, quizás, una de las playas más tranquilas del Pacífico. A pesar de sus aguas frías, el amanecer siempre trae consigo una sensación de paz, como si el aire estuviera cargado de armonía. Sus atardeceres violetas son mágicos, capaces de hacer volar la mente y transportarla a otros mundos, para aterrizar de nuevo en su rica gastronomía, donde destaca la langosta de Puerto Nuevo, un plato que representa el lujo del mar.
Rosarito Beach Hotel
Este hotel se destaca por ofrecer una experiencia integral a todos aquellos que visitan y buscan disfrutar del turismo en la región. Con un ambiente vibrante, el lugar resplandece de energía y hospitalidad, haciendo de cada estancia una aventura memorable.
El espacio se caracteriza por su gran recibidor, que ha permanecido inalterado desde la década de 1930, donde también se puede apreciar arte mexicano que exhibe obras destacadas. Sus restaurantes suntuosos, llenos de historias, y sus fiestas en la playa son reconocidos por ser los mejores, creando un ambiente festivo único.
Centro Estatal de las Artes
El Centro Estatal de las Artes es un lugar donde resalta la creatividad y el talento local. Este espacio, situado a pocos minutos de la playa central de Rosarito, ofrece una plataforma única para los artistas de la región, quienes muestran sus creaciones en eventos como el “art walk”, una de las ferias más destacadas.
Además de la exhibición de arte, el centro ofrece espectáculos de danza, música, cine y literatura, así como talleres destinados a potenciar el talento local. Es un lugar vibrante donde la cultura y el arte se encuentran en cada rincón.
Puerto Nuevo
Puerto Nuevo es la cuna de la famosa langosta rosarito, un platillo destacado que incluye grandes tortillas de harina, frijoles negros, arroz y una generosa porción de langosta sazonada. Este pequeño pueblo pesquero, que surgió en la soledad del camino, ha crecido y se ha convertido en un destino culinario reconocible.
Detrás de su arco de estilo colonial, se encuentra una serie de decenas de restaurantes donde se puede disfrutar de esta delicia mexicana, acompañada de buena música o simplemente del sonido relajante de la naturaleza, todo mientras se saborea un buen vino en compañía de amigos o familia.
Playa Kantamar
Playa Kantamar es el lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Es un refugio perfecto para quienes buscan escapar del bullicio cotidiano y conectarse con el entorno. Aquí, el esplendor de la costa se combina con la tranquilidad del paisaje.
Es un lugar excepcional para aquellos que desean practicar deportes acuáticos. Si te interesa el surf, aquí puedes alquilar tablas y contar con instructores expertos que te guiarán en tu primera experiencia surfeando las olas.
