Ante la creciente problemática del uso de materiales contaminantes en campañas políticas, Royfid Torres González, coordinador de la bancada naranja en la CDMX, ha hecho un llamado a las autoridades para que eviten el uso de lonas y plásticos desechables. Según el legislador, estos materiales son perjudiciales para el medio ambiente y contribuyen a la contaminación de lagos y océanos.
Torres González también destacó que la producción de estos materiales resulta en la emisión de gases de efecto invernadero, complicando aún más la crisis climática actual. Durante el periodo electoral, diversas organizaciones ambientalistas advirtieron sobre el incremento de desechos resultantes de la propaganda política, y el impacto de esta ha superado las expectativas.
Se estima que la publicidad electoral genera más de 25 mil toneladas de residuos; sin embargo, el total podría ser aún mayor. El legislador subrayó que el verdadero costo de esta elección no debe ser solo considerado en términos políticos, sino también en lo que respecta al medio ambiente y el futuro de los habitantes de la capital.

El problema va más allá de la propaganda electoral, incluidos los mensajes gubernamentales, que generan toneladas de desechos innecesarios en cada evento oficial que se lleva a cabo. Esto plantea una necesidad urgente de buscar alternativas más sostenibles.
Durante las campañas políticas, los partidos prometieron reducir su propaganda, pero los resultados han sido mínimos. Hasta ahora, solo se han producido 5 mil tabiques ecológicos a partir de las lonas recolectadas, mientras que los esfuerzos de reciclaje han sido escasos.
Torres González también criticó el incumplimiento de promesas de algunos candidatos, como un miembro del PAN que prometió transformar su propaganda en bolsas reutilizables, pero no cumplió, dejando la propaganda colgando en la ciudad.
La necesidad de adoptar medidas más ecológicas en la política se hace cada vez más evidente. Es esencial que las alcaldías y regiones hagan un compromiso para utilizar materiales ecológicos y digitales en lugar de tradicionales, dado el impacto ambiental severo que tiene la contaminación derivada de la propaganda política.